Cada vez que se habla sobre el comienzo de una compañía surgen historias de orígenes humildes y garajes mitológicos, pero hay casos en los que simplemente podemos pensar en un accidente. Hoy vamos a viajar a mediados del siglo XIX para conocer más de cerca a John Pemberton, el inventor de la Coca-Cola. Cualquiera lo imaginaría como un empresario implacable, pero todo comenzó con una intensa adicción a la morfina por fuerza mayor, y el deseo de combatirla.
La historia nos dice que John Stith Pemberton nació el 8 de julio de 1831 en Knoxville, estado de Georgia. Con apenas 19 años se convirtió en doctor, combinando medicina general, un poco de cirugía, y amplios conocimientos sobre química. Se casó en 1853 con su esposa de toda la vida, Ann Eliza Clifford Lewis, y un año más tarde nació su único hijo, Charles Ney Pemberton. Más tarde abrió una farmacia en la ciudad de Columbus, pero su vida cambió para siempre con la llegada de la Guerra Civil.
Pemberton peleó para el ejército confederado (Tercer Batallón de Caballería de la Guardia Estatal de Georgia), alcanzando el rango de teniente coronel. El 16 de abril de 1865 se llevó a cabo la Batalla de Columbus, y para algunos expertos fue el último choque de la Guerra Civil. Pemberton sufrió una seria herida de sable en el pecho, y sólo el consumo avanzado de morfina podía mantener a raya el dolor. Obviamente, eso provocó una fuerte adicción.
Decidido a desarrollar una especie de sustituto para la morfina, Pemberton experimentó con múltiples plantas hasta crear su primera bebida, «Dr. Tuggle’s Compound Syrup of Globe Flower», basada en Cephalanthus occidentalis o «Aroma de laguna». Sin embargo, su éxito inicial fue el «Pemberton’s French Wine Coca», un vino especial hecho con extractos de coca, nuez de cola y damiana.
El vino fue promocionado como una maravilla de la medicina, capaz de aliviar condiciones al nivel de las adicciones a las drogas, la depresión, el alcoholismo (una declaración absurda porque el vino llevaba alcohol), y la neurastenia en mujeres. El vino no hizo nada para curar la adicción de Pemberton, pero se volvió extremadamente popular.
El llamado Movimiento por la Templanza comenzó a ganar tracción, y una nueva serie de leyes en 1886 obligaron a Pemberton a crear una variante sin alcohol de su bebida. Para ello buscó la ayuda de su amigo y farmacéutico Willis E. Venable, y juntos se concentraron en perfeccionar la fórmula. Durante la preparación de un vaso de la bebida, Pemberton mezcló accidentalmente al jarabe base con agua carbonatada. Este descubrimiento derivó en un cambio de estrategia: El «vino medicinal» se transformó en una «bebida para fuentes de soda», y el experto en marketing Frank Mason Robinson le dio el nombre que todos conocemos hoy: Coca-Cola.
Uno de los problemas que sufrió Coca-Cola al principio es que su popularidad tardó en llegar. Completamente quebrado (la morfina no era barata) y con su salud en pedazos, Pemberton no tuvo más opción que vender los derechos de su bebida, conservando una parte para su hijo, convencido de que Coca-Cola sería una bebida nacional. En 1888 vendió la última porción de la patente por 1.750 dólares a Asa Griggs Candler, posterior fundador de The Coca-Cola Company.
John Pemberton falleció de cáncer de estómago en agosto de 1888. Su hijo Charles continuó vendiendo la fórmula de su padre, pero también atrapado en una adicción al opio, liquidó sus últimos derechos, y falleció seis años más tarde.
Hoy, The Coca-Cola Company da empleo (directo e indirecto) a más de 700 mil personas, y posee una capitalización de mercado que supera los 220 mil millones de dólares.