Desde China nos llega un diseño conceptual de automóvil que quiere imitar a las plantas hasta en la manera de obtener energía. Aparte de su atrevida estética, este coche transforma el CO2 en oxígeno mediante un proceso de fotosíntesis que emula al que produce la flora en la naturaleza. El proyecto tardará algún tiempo en estar entre nosotros pero la idea nos parece muy audaz.
El aspecto de este coche nos da bastante pistas de por donde quieren enfocarlo sus constructores. Parece una hoja gigante adosada a un buggy futurista. Si bien nos parece algo ridículo, muestra muy a las claras la intención de este diseño con respecto a la ecología y su integración en una sociedad alternativa basada en el respeto al medio ambiente. La Shanghai Automotive Industry Corporation ha dado a conocer en el Expo Mundial Shanghai 2010 al YeZ, un concepto de coche diseñado para realizar la fotosíntesis, como si fuera una planta. JeZ significa “hoja” en chino, así que no debe extrañarnos la forma tan peculiar que han querido darle a este auto.
Utiliza unos paneles solares ubicados en el techo para realizar la conversión energética principal, la fotoeléctrica. A la vez, se vale de unas pequeñas turbinas eólicas integradas en las ruedas que dotan al coche de una fuente energética doble. Además, la carrocería de metal orgánico del JeZ tiene la propiedad de aspirar dióxido de carbono y moléculas de agua desde el aire del entorno y lo transforma en nuestro preciado oxígeno. Todos estos procesos, activan una serie de reacciones químicas que generan electricidad, almacenándose en unas baterías de litio que dotan al coche de una gran autonomía. Dicen sus diseñadores que podrá desplazarse tanto en días soleados como nublados, con una emisión cero de gases contaminantes.
De todos modos, esta fotosíntesis artificial prometida, tardará aún unos 20 años en llegar al mercado. La eficiencia de los paneles solares aún no ha alcanzado las cotas necesarias para convertir el proyecto en viable, pero se espera que con los avances actuales se pueda llegar a un compromiso rentable que nos permita utilizar este tipo de coches sin echar de menos a los movidos por combustibles fósiles. Lo único que pedimos es que, en años venideros, mejoren ese aspecto tan cursi que el JeZ ha mostrado en las fotos. Y es que por muy “verde” que sea uno, la vergüenza tiene un límite.