Un equipo liderado por el profesor Masaru Tomita, de la Universidad de Keio, ha logrado almacenar la frase “e=mc2 1905”, en el ADN de una bacteria
Se trata de una de las fórmulas del Tratado sobre la Relatividad y 1905 es el año en el que el genial Albert Einstein publicó su trabajo, que le abriría las puertas de la Física a quien luego sería merecedor del Premio Nobel.
El ADN consta de cuatro “caracteres”: Adenina, Guanina, Citosina y Timina. Estos componentes que pueden combinarse para representar letras y dígitos, y estos información. Las posibilidades del ADN de almacenar información en el genoma de la raza humana son enormes, por lo que grandes cantidades de datos pueden almacenarse sin afectar de manera alguna al organismo humano.
La idea de preservar el conocimiento humano para la posteridad es casi una obsesión para el mundo científico. Ya sabemos de cápsulas del tiempo y proyectos similares. Inclusive hay proyectos de gobiernos, que planean digitalizar todos los documentos de la historia de la humanidad. El principal problema está en la duración que la información puede llegar a tener en un medio físico. Ordenadores, CDs, DVDs (o lo que se te imagine) tienen una vida útil, y nadie puede garantizar su funcionamiento cuando sean encontrados.
Con el ADN, en cambio, está garantizado que la información permanecerá allí mientras la raza humana lo exista. La ciencia buscó durante años la forma de almacenar información por unas decenas de siglos, ahora Masaru Tomita ha encontrado la forma de almacenarla por millones de años.