Todos sabemos que la conectividad alrededor del mundo ha mejorado, pero las páginas y los servicios disponibles en línea son más lentos que nunca. La forma clásica de compensar esa situación es con una conexión más rápida… un detalle que nos traslada al precio. Cada proveedor pide (básicamente) lo que se le ocurre, generando diferencias que superan los 50 euros aún en el mismo continente, por el mismo plan. Con una base de 100 Mbps, la gente de Picodi publicó varios gráficos en los que analizan los servicios de Internet más baratos del mundo, los paquetes disponibles por un mismo valor, y el costo de ese límite maravilloso, llamado «un gigabit por segundo».
¿Qué tan rápida es tu conexión a Internet? ¿Cuánto pagas por ella? ¿Consideras que es de una calidad decente… o quieres incendiar todo? Cada vez que ingresamos en este territorio descubrimos que el odio por los proveedores es universal, y que el mensaje de fondo es el mismo: Internet debería ser un recurso mucho más económico y estable de lo que es hoy, pero a los líderes del mercado no parecen registrarlo correctamente, ya sea por falta de capacidad, o por pura codicia.
Las diferencias pueden llegar a ser gigantescas, y nada mejor para visualizarlas que este estudio publicado por el portal cazador de ofertas Picodi. Como punto de partida establece una base de 100 megabits por segundo, el plan más ofrecido en 55 de los 63 países que componen la lista. El país con los 100 Mbps más caros del mundo es Sudáfrica, a 78.96 euros, o 79 centavos de euro por megabit. En el otro extremo aparece Ucrania, con apenas 5.60 euros, o seis centavos por megabit.
La situación española coloca al país en la mitad de la tabla, con un promedio de 29.95 euros por 100 Mbps, o 30 centavos de euro el megabit. Algunos tal vez piensen que no es catastrófico, pero el simple hecho de ver que en Hungría pagan un tercio de ese monto… es irritante. ¿Qué sucede al otro lado del Atlántico? En lo personal creo que las compañías están explotando a sus clientes en los Estados Unidos, con prácticas muy cuestionables que van más allá del precio (45 euros por 100 Mbps). Y en el caso latinoamericano, el país más competitivo para acceder a 100 megabits por segundo es Argentina, un escalón por arriba de los 20 euros.
Hablando de 20 euros, ¿cuánta velocidad se puede comprar por ese monto? Polonia, Hungría, India, Letonia, Moldavia, Rumania y Ucrania son casos ópticos, ya que ese es el precio por un enlace mensual de un gigabit por segundo. Lamentablemente, España queda del otro lado de la lista, ocupando el «Bottom 5» con 20 Mbps. ¿El gigabit más barato? Una vez más, Rumania. La información disponible indica que una conexión a esa velocidad cuesta 8 euros por mes.
En resumen… ¿más Rumania para todos? Queremos conexiones más rápidas y más baratas, pero estos beneficios también deben alcanzar a los dispositivos móviles. Seguir pagando por gigabytes descargados se siente prehistórico.
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