Con la declaración del estado de alarma en territorio español el sábado pasado, y el efecto de la campaña #quédateencasa a través de Twitter y otras plataformas, muchos usuarios se han volcado a la red de redes para hacer un poco más amena esta «pausa-cuarentena» vinculada al avance del coronavirus SARS-CoV-2 y su enfermedad COVID-19. Sin embargo, ese salto considerable en el uso de Internet estaría registrando sus primeras consecuencias. El punto de intercambio DE-CIX Madrid anunció un nuevo récord el pasado 14 de marzo, y muchos usuarios reportan una pérdida cercana al 10 por ciento en sus velocidades de descarga.
Quedarse en casa o salir lo menos posible, llevar la interacción social a un mínimo absoluto, no caer en pánico, no comprar artículos de primera necesidad basándose en ese pánico, lavarse las manos. Son parámetros relativamente sencillos, y si analizamos el tráfico de Internet en los últimos días, la población parece estar cooperando. La búsqueda de información sobre el coronavirus es sin lugar a dudas una prioridad, pero el salto principal de actividad está asociado al streaming de audio y vídeo, y al uso de videollamadas.
Por ejemplo, el punto de Internet DE-CIX Madrid confirmó que el sábado pasado batió su récord histórico de intercambio, alcanzando unos nada despreciables 468 gigabits por segundo. Sin embargo, fue DE-CIX Frankfurt, considerado el mayor punto de intercambio de Internet a escala global, el que destrozó todas las marcas al registrar 9.1 terabits por segundo. A eso se suman los reportes de los propios operadores, con aumentos de casi el 40 por ciento en tráfico, mientras que en los móviles se habla de un 50 por ciento extra de voz, un 25 por ciento de datos, y hasta cinco veces más tráfico proveniente de WhatsApp.
Ahora, se supone que DE-CIX tiene la capacidad para adaptarse a un aumento tan notable de la demanda, pero eso no es necesariamente cierto entre los proveedores locales. De hecho, varios tests de velocidad en línea sugieren que los servicios españoles vieron afectado su rendimiento en un 10 por ciento para las velocidades de descarga. La liberación de gigabytes adicionales y el retiro temporal de límites es un arma de doble filo, por lo tanto, los proveedores piden moderación.
Algo similar estaría sucediendo en Francia. Con la declaración de cuarentena obligatoria por las autoridades (el presidente Emmanuel Macron habló de «guerra sanitaria»), y el impresionante aumento de actividad online durante el último fin de semana, en la Federación Francesa de Telecomunicaciones no descartan la aplicación de un throttling selectivo, reduciendo así el rendimiento de las plataformas de entretenimiento para priorizar el uso profesional del ancho de banda. ¿Podría pasar eso en España? Pronto lo sabremos.
Fuente: El Economista
Fuente: FierceTelecom