Últimamente no ha habido muchas novedades respecto a las interfaces cerebrales, pero gracias a un estudio llevado a cabo en la Universidad de California, ahora sabemos un poco más al respecto. Luego de hacer pruebas con unos monos, llegaron a la conclusión de que el cerebro de los animales tiene la habilidad de aprender a controlar un ordenador con la mente. Aunque al principio les costaba adaptarse, a pocos días ya sabían cómo cumplir el objetivo con un 100% de efectividad. Esto podría demostrar ser un gran avance hacia interfaces cerebrales simples para personas con discapacidades.
Desde que nacemos y tenemos conciencia de nuestras acciones, demostramos una gran habilidad mental para asimilar acciones y movimientos casi automáticamente y sin esfuerzo. Y como nosotros podemos manejar una bicicleta casi sin pensarlo, unos científicos recientemente han demostrado que los monos pueden hacer algo similar controlando un ordenador. Una especie de interfaz cerebral “plug & play” para monos.
Los investigadores en la Universidad de California utilizaron electrodos implantados en los cerebros de los monos para que puedan controlar un ordenador solo con sus pensamientos. Aunque no le tomaron la mano de entrada, pocos días después demostraron dominar la tarea sin problemas. El hecho de que haya repetido la tarea casi sin problemas es algo sin precedentes en la neuroprostética. Esto demuestra que el cerebro del mono es capaz de desarrollar memoria motora para controlar un aparato virtual, de la misma manera que lo hace con la memoria y su cuerpo.
En rasgos más amplios, este estudio demuestra que en el futuro, humanos con discapacidades motrices, podrán controlar prótesis de una manera natural, sin esfuerzo de más. Tal como dice el reporte, un estudio previo había demostrado lo mismo que el de esta ocasión, con la única diferencia, que no podían lograr que los pacientes vuelvan a repetir el objetivo de manera correcta. Con estos nuevos resultados, todo tipo de dudas quedan despejadas.
Para llevar a cabo la prueba de manera correcta, en primer lugar hicieron que el mono haga la tarea utilizando un exoesqueleto robótico que tomaba nota de todos sus movimientos mientras monitoreaban la actividad de sus neuronas. Una vez que movió el cursor para los lugares indicados, cuando se lo señalaban, restaba que pueda hacer esa misma tarea pero utilizando su mente. Una vez que tuvieron el sistema para decodificar la actividad cerebral y transformarla en movimientos del cursor, lo probaron con los mismos objetivos y los resultados fueron muy positivos.
Aunque durante las primeras sesiones el cursor se movía de manera muy espástica, pronto pudo cumplir la tarea sin problemas con un 100% de efectividad. Es más, luego de varias semanas, seguía haciendo las cosas bien sin la necesidad de volver a entrenarlo. Los investigadores observaron que las neuronas que estaban monitoreando se encontraban en constante cambio mientras dormía o estaba en la jaula, pero una vez que comenzaba la sesión, las neuronas rápidamente se colocaban en un patrón de actividad.
Luego, para demostrar su teoría, le enseñaron al mono a utilizar un segundo decodificador y aunque le costó adaptarse al principio, una vez que el mono veía que el cursor cambiaba de color, automáticamente sabía qué era lo que debía hacer. Es más, una vez que les presentaron a los sujetos un nuevo codificador que, a diferencia de los anteriores, no tenía relación con los movimientos del brazo del mono y, aún así, tres días después de haber estado jugando con él, ya sabían cómo funcionaba.
Quienes están detrás del proyecto creen fervientemente que la habilidad del cerebro para almacenar memorias motoras prostéticas son el camino a seguir para desarrollar sistemas BCI (Brain Computer Interface) prácticos. De todas maneras saben que aún falta mucho para que este tipo de tecnología esté disponible para todas las personas.