No han faltado declaraciones que se han concentrado en anticipar el fin de la llamada Ley de Moore. Aún en estos días están quienes creen que a la dichosa ley no le queda más de media década. Su final fue pronosticado en varias ocasiones, pero hasta aquí Intel ha encontrado la forma de extenderla a base de puro ingenio y rendimiento. La frontera de la nanotecnología está cada vez más cerca, pero el gigante de Santa Clara no ha hecho más que redoblar la apuesta: En diez años, Intel planea alcanzar una escala de fabricación de apenas cinco nanómetros.
Es verdad que Apple prácticamente se robó la semana pasada con el lanzamiento del iPhone 5, pero Intel exprimió al máximo a su último foro para desarrolladores del año. En estos días hemos explorado detalles sobre la arquitectura Haswell, el “tock” que reemplazará a Ivy Bridge, y sobre Rosepoint, la fusión entre un procesador y un transceptor WiFi. Pero hay más, y aunque se trata de planes a futuro, con un poco de suerte podremos ser testigos privilegiados. Quienes seguimos a la informática desde hace varios años hemos visto desarrollos extraordinarios, y aún así, nunca descartamos el pensamiento de que lo mejor está por venir. En la actualidad, Intel se encuentra en una escala de fabricación de 22 nanómetros. Haswell estará basado en esa escala, pero cuando lleguemos a Broadwell, la frontera será de solamente 14 nanómetros.
Sin embargo, quienes hemos estado estudiando de cerca los mapas de desarrollo de Intel sabemos que hay arquitecturas que bajan aún más en su escala. Haswell es “tock” en 22 nm, Broadwell es su compresión, un “tick” en 14 nm, y después vienen Skylake, y finalmente Skymont, su compresión a solamente diez nanómetros. Aún así, Mark Bohr, ejecutivo “senior” dentro de Intel y usualmente el portavoz en estos temas (se lo conoce por haber dicho que la fabricación “fabless” estaba agotada), ha dicho que Intel ya tiene un camino hacia el destino de los cinco nanómetros para el final de la década. De acuerdo a sus palabras, parece que “Intel ya tiene una solución para los 10 nanómetros”, y agregó que “está confiado” en que tendrán soluciones para siete y cinco nanómetros respectivamente.
Los beneficios de un método de fabricación a esa escala son los mismos que se han podido apreciar a través de la Ley de Moore, sólo que potenciados. A cinco nanómetros, el costo de fabricación de transistores será de la décima parte en comparación con el costo actual bajo 22 nanómetros en Ivy Bridge. Esto también se traducirá en una mayor eficiencia, y por supuesto, en un rendimiento superior con el incremento de transistores. Ahora, ¿cómo es que van a llegar a los cinco nanómetros? Bohr no dio más detalles al respecto, pero indicó que se está estudiando el uso de otros materiales aparte del silicio, como por ejemplo el grafeno.