En el marco del Programa Conflict-Free Smelter, que busca aunar compañías y países para menguar los conflictos bélicos en torno a la proliferación del comercio de materias primas para financiar guerras civiles y grupos insurgente con diferentes reinvindicaciones, Apple e Intel se han puesto en común acuerdo con el tratado que invita a no importar minerales de conflicto a partir del año próximo. Pero más allá de necesitarlos por ser piedras angulares de la producción de su tecnología, Apple e Intel decidieron dejar de importarlos desde ahora.
Grandes compañías de informática importan sus materias primas de zonas desde otros continentes, pero a veces los países importadores pueden esta sufriendo algún tipo de crisis que pone en juego la reputación de grandes marcas, provocando algunos conflictos menos físicos por parte de ellas, pero igual de polémicos, como por ejemplo al exportar minerales de conflicto para la creación de sus productos. Pero en el marco de la aplicación de un convenio internacional para no contribuir con la financiación de grupos insurgentes en África a través de la importación de los minerales en su control, Apple e Intel decidieron dejar de colaborar indirectamente en esta situación comprometedora para la paz y para sus propios nombres.
La idea es acelerar la identificación de los actuales y los potenciales exportadores de minerales desde África Central, donde la República del Congo está librando un papel protagónico, para evitar el beneficio a pequeños grupos insurgentes y la asociación indirecta al derramamiento de sangre de uno y otro bando. Claro que estos obstáculos que se están empezando a imponer recién para el próximo año no logran desactivar a tiempo el armamento de los potenciales bandos, ya que estos están ubicando los minerales de conflicto en el mercado asiático, cuyos representantes no han presentado, todavía, demostración alguna de querer poner trabas para este tipo de comercio.
Minerales de conflicto es la denominación que se la ha impuesto a elementos como oro, tungsteno, tantalio y estaño, cuyos yacimientos han sido parte protagónica de actuales guerras civiles y guerrillas en África Central, cuyo control está en manos de grupos insurgentes y sirven en su exportación a EEUU y Europa para la financiación de actividades que la ONU ya tildó de terroristas. La actualidad de estos minerales no pasa desapercibida ante la informática y los negocios que la constituyen, ya que muchos de estos son las materias primas con la que productos de alta tecnología se crean en los laboratorios de compañías gigantes como Intel y Apple, quienes ahora sí han manifestado preocupación.
Apple e Intel se han aunado para dejar de importar minerales en conflicto desde África para evitar ser asociados con avanzadas bélicas de grupos insurgentes.
Desde que la constitución de una marca fuerte y la inversión que eso demanda para resignificar aspectos sociales de éstas y generar un efecto de identificación en sus consumidores en contraposición a elaborar sistemas industriales más eficientes y sustentables, la importancia de mantener un nombre limpio y alejado de conflictos sociales es fundamental. Compañías como Apple, Intel, Microsoft y el resto de las más poderosas saben muy bien esto ya que desde hace años este ha sido el objetivo principal de sus inversiones, y no acatar este tipo de convenios que tocan aristas morales le puede salir más caro a la larga en cuanto a degeneración de reputación que en costos económicos a corto plazo. Esto no quiere decir que no tengan un aspecto realmente humanitario estas decisiones, pero ninguna de estas compañías puede sentirse libre de no reproducir conflictos sociales en su propio modelo de producción, y esto también hay que hacerlo saber.