Sin lugar a dudas, la tendencia entre los últimos ordenadores indica mayores niveles de eficiencia y una reducción considerable de tamaño, pero siempre hay lugar para esos componentes de hardware que capturan toda la atención de los entusiastas. En esta oportunidad, Intel ha decidido actualizar su línea de alta gama con los nuevos Core i7 basados en la arquitectura Haswell-E, e incluye un modelo con ocho núcleos y soporte DDR4.
Hace poco hablamos sobre los nuevos chips Xeon destinados al mercado de servidores. Incrementar la cantidad de núcleos en sistemas de alto rendimiento tiene sentido siempre y cuando sea posible mejorar el paralelismo, pero la exigencia de más núcleos ha tocado a algunos ordenadores de escritorio. Más allá de las diferencias en materia de interfaces y funcionalidad, creo que estamos todos de acuerdo al decir que las últimas versiones de los sistemas operativos están más optimizadas de lo que esperábamos, un detalle que habilita al usuario promedio a hacer más con un hardware más humilde. Aún así, tenemos cosas como la resolución 4K, que no sólo busca instalarse como nuevo estándar en el consumo de vídeo, sino también convertirse en la gran barrera a superar para los videojuegos modernos. En lo que se refiere a procesadores de alta gama, Intel ha sabido conservar su posición de dominio a puro rendimiento. Hoy, todo lo que debe hacer el gigante de Santa Clara es repetir su fórmula, actualizando la línea de chips Core i7 Extreme Edition a la tecnología Haswell-E.
El procesador que aparece al tope de la lista es el Core i7-5960X. Este pequeño demonio acumula 2.600 millones de transistores, y reparte un total de 20 megabytes de caché L3 entre sus ocho núcleos. La frecuencia base para el Core i7-5960X es de 3.0 GHz, pero tiene la capacidad de elevarse a 3.5 GHz en modo Turbo. Como era de esperarse, los nuevos procesadores vienen completamente liberados, un detalle que será del agrado de todos los overclockistas que logren posar sus garras sobre ellos. El Core i7-5960X trae un total de 40 líneas PCI Express 3.0, lo que equivale a un soporte de cinco tarjetas de vídeo a la vez (dependiendo de lo que pueda hacer la placa base, claro).
Una vez más, Intel quiebra su compatibilidad entre zócalos al introducir la tercera versión de su LGA2011, y una de las razones principales para ello es que los nuevos Core i7 utilizan memoria DDR4. A su vez, esto implica un nuevo chipset, el X99. Combinando a Haswell-E con el X99, los fabricantes de placas base tendrán la chance de incorporar soporte Thunderbolt 2.0, con sólo añadir el controlador de hardware adecuado. El Core i7-5960X se abre paso a unos escalofriantes 999 dólares. Los dos modelos de seis núcleos que le siguen, 5930K y 5820K, llegarán al mercado con precios de 583 y 389 dólares respectivamente. Habrá que esperar un poco más para conocer el valor de las placas compatibles, pero en el caso de las memorias DDR4, ya podemos esperar un incremento del 30 por ciento en relación con el precio actual de la memoria DDR3.
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