La última generación de consolas Xbox llama la atención no sólo por su poder de fuego, sino también por su potencial para ejecutar toda clase de emuladores y entornos especiales. Una de las opciones más populares es RetroArch, que por extensión habilita el acceso a una edición avanzada de DOSBox llamada DOSBox Pure. Su último build incluye soporte para Windows 98 y la emulación de gráficos 3dfx Voodoo, un combo que puede transformar a la Xbox Series X y Series S en un ordenador retro.
Jugar títulos antiguos en sistemas modernos no es tan complicado como parece. El verdadero desafío está en configurar y mantener el hardware real (especialmente si hablamos de algo como obtener sonido en MS-DOS), pero hoy existe un amplio número de ports y reemplazos para motores gráficos que reducen el proceso entero a un par de clics. Desde Chocolate Doom y la versión open source de Prince of Persia hasta ScummVM y OpenRCT2, el software disponible nos ayuda a evitar muchos dolores de cabeza.
Obviamente, también tenemos herramientas de emulación muy avanzadas, y la combinación de RetroArch con DOSBox Pure es una de las más potentes. Por un lado, RetroArch funciona en docenas de plataformas, y por el otro, DOSBox Pure posee compatibilidad con sistemas operativos de Microsoft, incluyendo a Windows 98. A eso debemos sumar la emulación de gráficos 3dfx Voodoo, que nos volaron la cabeza en los ’90. Entonces, RetroArch puede instalarse en PC con facilidad, ¿pero qué sucede cuando se lo instala en una Xbox Series X? La gente de Digital Foundry decidió averiguarlo…
Windows 98 con gráficos 3dfx en una Xbox Series X
El procedimiento es completamente manual, y no se trata de una exageración. El primer paso es instalar RetroArch en la consola, que por lo general requiere acceso de desarrollo, pero existen métodos que funcionan bastante bien en modo retail. Después hay que cargar el software en RetroArch usando imágenes ISO, y seguir con las instalaciones formales: Windows 98, el driver para 3dfx Voodoo, cada uno de los juegos, todo. El entorno de emulación nos permite usar el teclado, pero el ratón se controla con el gamepad.
El último paso es… aceptar la pérdida de rendimiento en ciertos juegos. Desde el propio RetroArch hasta los gráficos 3dfx, todo queda a cargo del procesador, y eso significa pagar el precio en framerate. Con algunos tweaks podemos optimizar la experiencia, sin embargo, lo más probable es que RetroArch y DOSBox Pure necesiten builds adicionales. Por suerte, la situación cambia si limitamos los gráficos a modo software: Al retirar el acelerador 3dfx emulado de la ecuación, la meta de 60 FPS no es imposible.
Sitio oficial de RetroArch: Haz clic aquí