La incorporación de objetos, personajes, edificios y cualquier otro elemento siempre ha estado disponible a través de software y algunas otras técnicas rudimentarias, pero cuando al mirar una fotografía perdemos la noción de falsa y verdadero, es que estamos frente a algo muy importante. Unos estudiantes de posgrado han creado un método de inserción de objetos artificiales 3D en fotografías, convirtiendo imágenes planas en escenas 3D y luego agregándole todo tipo de objetos renderizados, pero con un tratamiento sobre las luces y la geometría que es realmente admirable.
Manipular una fotografía, a pesar de lo que se cree popularmente, no es una técnica de reciente invención, sino que ha existido junto a la fotografía desde su nacimiento. Las primeras manipulaciones eran realmente para la risa tanto como lo son algunas hoy, pero es innegable que la influencia que tuvieron ha sido trascendental, incluso con trabajos muy buenos para la época (véase la manipulación de fotografías de Trotsky con Lenin por el régimen Stalinista). Hoy día la manipulación se ha puesto al alcance de todos, pero en el ámbito profesional se ha llevado a un nivel en donde casi todo se puede hacer sobre una fotografía, incluso logrando fenómenos tan impresionantes como la incorporación de objetos físicos a una fotografía convertida en una escena tridimensional, donde aquellos interactúan realísticamente con la luz del ambiente que los recibe. De esto se trata unpaper presentado por unos aspirantes a PhD.
El proceso consta de tomar una fotografía profesional de grandes resoluciones y nivel de detalles y convertirla en una escena de tres dimensiones, agregándole objetos 3D diseñados sintéticamente a través de algún programa de modelado 3D como Blender. Hasta aquí la novedad no nos salta a la yugular, sin embargo es la forma del posicionamiento de estos objetos lo que sorprende, ya que gracias a un algoritmo que provee una aplicación como LuxRender, los objetos agregados artificialmente se funden sobre la imagen real tomando como referencia las luces y sombras del espacio en el que están interactuando con otros objetos reales, tornándose reales en unos instantes y –como el autor mismo indica y probó en un estudio- confundiendo a quienes ven las fotografías de forma tal que no pueden distinguir entre las 2D y las 3D salvo por el objeto agregado.
Lo novedoso en primera instancia, es que el método presentado por este grupo puede realizar lo que otro software realiza pero con menos información sobre una escena. Es decir, mientras que en otras técnicas se deberían utilizar varias fotografías tomadas desde diferentes ángulos o de horas reconstruyendo palmo a palmo cada pixel de la imagen 2D en una aplicación de modelado 3D, el sistema que mostramos permite realizar meramente con la imagen 2D y aplicando sobre ella mediciones sobre la geometría de la imagen y con ello la reflexión de las luces y sombras del objeto a posicionar. Este prototipo de manipulación y una posible apertura al público podría traer nuevas herramientas para crear videojuegos, películas y composiciones pictóricas, pero también podría ser un verdadero fastidio a la hora de encontrar imágenes falsas. Porque si una imagen es más importante que mil palabras, ¿cómo podrá comprobarse fidedignamente la veracidad de una situación si existen estas técnicas, y con estos resultados? Para quienes busquen una explicación más técnica, el paper completo (en inglés) se puede leer en la página del proyecto.