Menu
in

Inicia un fuego con tu móvil (supervivencia)

En los momentos de crisis es donde se demuestra la inventiva, la creatividad y la capacidad de salir de situaciones difíciles. Por ejemplo, en caso de que quedes varado en medio de la nada -sin fósforos, ni mechero- y necesites encender fuego para cocinar o espantar las fieras salvajes, puedes echar mano a tu celular. ¿Que no? Pues lee esto.

El vídeo que te mostraremos tiene un vago tufillo a series del siglo pasado, como “Mc Gyver” o “Misión Imposible”. Sin embargo, el truco funciona. Se trata de encender fuego aprovechando algo que tengamos encima como, por ejemplo, la ubicua batería de nuestro teléfono móvil. En un mundo donde existen países en que hay mayor cantidad de teléfonos móviles que habitantes, es muy probable que cuando alguna emergencia te pille sin fósforos y necesites hacer fuego, tengas uno de estos dispositivos a mano.

El principio es sencillo, y muy bien conocido: cuando haces circular una corriente eléctrica por un conductor, las cargas encuentran una cierta dificultad al atravesarlo, debido a su resistencia eléctrica. Todos los materiales (salvo algunos superconductores) tienen esta característica, y el paso de la corriente eléctrica a través de un material resistivo produce calor. La magnitud de la temperatura que puede alcanzar el conductor depende de varios factores, entre ellos de la intensidad de la corriente empleada y de la propia resistencia del material.

En el vídeo se emplea un trozo de lana de acero, del mismo tipo que se utiliza para limpiar cacharros en la cocina, al que se le da la forma adecuada “amasándolo” entre los dedos. La lana de acero está formada por una enorme cantidad de hebras sumamente delgadas (de hecho, mucho más delgadas que un cabello). A pesar de que el metal es un buen conductor, cuando su diámetro es tan pequeño presenta una gran dificultad para la circulación de cargas eléctricas, porque el valor de su resistencia depende, entre otras cosas, de su sección. A pesar de que nuestros ojos ven un grueso “cable” de lana de acero, en realidad se trata de una pequeña red de filamentos muy delgados  apiñados entre sí, cuya mayor parte está compuesta por aire. Eso es lo que explica cómo, aun siendo de acero, un rollo de este material es tan liviano.

Así las cosas, si hacemos un cortocircuito entre los terminales positivos y negativos de una batería de un teléfono móvil (o de cualquier otro gadget) con un trozo de lana de acero, se establecerá una corriente eléctrica más o menos alta a través del puente. Los delgados filamentos de acero comenzarán a calentarse, y si la carga de la batería es suficiente, se pondrán al rojo vivo y eventualmente llegarán a fundirse. Dado que el acero se funde por encima de los 1000 grados centígrados, es bastante probable que pueda encender papeles o pequeñas ramitas. Ya tenemos fuego, así que las fieras se mantendrán lejos durante la noche.

Por supuesto, el sistema tiene una gran pega: a pesar de que casi todos vivimos con un teléfono móvil dentro de uno de nuestros bolsillos, son muy (!pero muy!) pocos los que van por la vida con un rollo de lana de acero encima. Alguien podrá decir “bueno tío, si vas a andar por algún terreno inhóspito, mete un rollo de esos entre tus cosas”. Pero, puestos en esas, seguramente sería mas practico, seguro y efectivo coger una caja de cerillas.

Existe otro aspecto “interesante” en este truco, y es que a las baterías no les hace mucha gracia que se cortocircuiten sus terminales alegremente. Están diseñadas para entregar una determinada cantidad de corriente por unidad de tiempo y, al hacer un puente con lana de acero o con lo que sea, puede excederse este límite y comenzar a calentarse. Si las cosas se van de las manos, por ejemplo si la resistencia que presenta el conductor utilizado es muy baja, algunos tipos de baterías tienen  la mala costumbre de explotar. De hecho, esto se suele indicar con frecuencia en su paquete. Por lo tanto, nuestro consejo es que si bien puedes prender fuego de esta manera, es mucho más sencillo y seguro hacerlo con una caja de cerillas. Y si te quieres complicar la vida, frota dos palitos. ¡Amén!

Escrito por Ariel Palazzesi

Leave a Reply