Cuatro años después de que la RIAA comenzó con sus pleitos contra los usuarios de P2P individuales, la Electronic Frontier Foundation (EFF) ha analizado el problema y emitido un informe de 20 páginas en el que concluye que el “demandar a los usuarios de los sistemas de intercambios de archivos no la respuesta correcta al dilema del P2P”.
¿Y cuál sería la solución? Bien, siempre según la EEF, una de las alternativas posibles sería implementar un régimen de licencias voluntarias que permitan, mediante el pago de una pequeña cantidad de dinero anual, descargar legamente la cantidad de temas musicales que desee.
En el nuevo informe, llamado “RIAA vs. La gente: Cuatro años más tarde” (RIAA vs. The People: Four Years Later) puede leerse una excelente descripción de las táctica legales empleadas por la industria de la grabación, que abarcan casos desde el principio de este siglo y muestran como se paso del ataque a las aplicaciones que permiten el intercambio P2P, al ataque de usuarios individuales, allá por 2003 o 2004. En esa época las discográficas comenzaron con sus casi 20.000 juicios contra particulares, casi todos estadounidenses.
En un principio, la RIAA intimó a los ISPs para conseguir el nombre detrás de cada IP empleada para intercambiar archivos, utilizando el poder que les otorgaba el Digital Millennium Copyright Act.
Sin embargo, esta estrategia no dio resultados demasiado espectaculares, el intercambio P2P siguió creciendo en EE.UU. (y en el resto del mundo), y lo peor de todo, la prensa comenzó a dedicar cada vez menos espacio a las noticias relacionadas con las medidas tomadas por la RIAA. La relación costo-beneficio de los pleitos iniciados por la RIAA es pésima: es mucho más costoso el pleito en sí que los beneficios obtenidos.
Por supuesto, esto no quiere de ninguna manera decir que la RIAA se va a quedar de brazos cruzados viendo como descargas música en forma gratuita, sin que pueda tomar su parte del pastel. Pero el informe de la EEF muestra que otro tipo de acciones, menos agresivas con el usuario, tendrían más efecto.
Por ejemplo, si compras una canción en iTunes, debes pagar casi un euro. Y viene protegida con DRM (salvo que pagues aún más por ella). Esto hace que salga más caro comprar música on-line que ir a la tienda por un CD. La idea que propone la EFF consiste en crear un “régimen de licencia colectivo voluntario”, que mediante un pequeño pago mensual te de vía libre para descarga la música que desees. Por supuesto, aquí las palabras claves son “pequeño pago” y “la música que desees”. Si el pago no es tan pequeño, o la música disponible es poca, el P2P seguirá creciendo.
Además, la música debería pasar a ser de “dominio público” pasado un corto tiempo desde su publicación. Para llevar un poco de paz a los pobres cerebros de la RIAA, el informe dice que un esquema similar es implementado por la industria editorial, donde existen millones de libros que son de dominio público, pero sin embargo la gente los sigue comprando en las tiendas.
Realmente, sería interesante que algún tipo de propuesta similar a las mencionadas sea puesta en práctica, y que se deje de grabar con impuestos o cánones a los soportes vírgenes, por ejemplo. De esta manera el usuario podría pagar un precio razonable por su música, y los artistas ser remunerados por su trabajo. Claro, la RIAA debería resignar parte de sus ganancias, y no está claro que quiera hacerlo.