No fueron pocos los que trataton de reinventarlo. Otros pensaron que era posible reemplazarlo por completo. Todos ellos fracasaron, y el correo electrónico sigue siendo tan crítico como siempre, aunque sus protocolos básicos no dejan mucho lugar para nuevos desarrollos. Inbox es una iniciativa que busca cambiar eso, sirviendo como base para nuevas y futuras aplicaciones de e-mail.
Lo han acusado de ser antiguo, tosco, lineal, y hasta demasiado formal. A pesar de todas esas críticas, millones de usuarios (incluyendo a un servidor) se comunican utilizando correo electrónico. Ahora, la idea es que tampoco sea un servicio congelado en el tiempo. La estructura elemental del correo electrónico funciona, sin embargo, sus protocolos tienden a ser restrictivos. A modo de ejemplo, IMAP cumplirá 30 años en 2016. Cualquier desarrollador interesado en crear una aplicación con funciones de e-mail inevitablemente deberá cruzar espadas con IMAP (además de POP y SMTP), y modificar una parte de sus planes originales para adaptarse. En junio pasado, Google anunció su API para Gmail. Como siempre, algunos celebraron la decisión, y otros lo vieron como un intento de Mountain View por “cerrar” su correo. Al mismo tiempo, también surgen alternativas, y una de ellas es Inbox.
Con sólo visitar su página oficial, queda claro que los responsables de Inbox han asumido una posición relativamente hostil hacia Google, mencionando “interfaces atestadas” con servicios sociales y publicidad personalizada. En el núcleo de Inbox hay un motor de sincronización compatible con otros sistemas de correo como Gmail y Yahoo Mail, acompañado por APIs más modernos y abiertos. La idea de Inbox no es coexistir con IMAP a largo plazo, sino dar la chance a los desarrolladores de decirle adiós, creando aplicaciones de correo sobre una plataforma que cubre sus necesidades. Desde una app sencilla que solamente recibe correos hasta un cliente completo con soporte para múltiples casillas, Inbox quiere estar allí.
Inbox es desarrollado por ex alumnos del MIT, con experiencias en Dropbox, Google y Firebase. De por sí, las metas iniciales de Inbox son muy ambiciosas, sin embargo, el objetivo de fondo va mucho más allá que ofrecer herramientas flexibles a los desarrolladores, y es establecer un nuevo estándar de correo electrónico. Las intenciones no son malas, pero las dudas técnicas flotan alrededor. Declarar una especie de guerra virtual a IMAP no parece lógico teniendo en cuenta su escalofriante nivel de adopción. Actualmente, el motor de sincronización en GitHub soporta sólo a Gmail y Yahoo Mail, con “planes” para extender el soporte al resto de los proveedores. ¿Estamos listos para cambiar al correo electrónico? ¿Será Inbox la clave? El tiempo lo dirá.