Existen diferentes desarrollos relacionados con el concepto de “ojo biónico”, del cual hemos hablado en varias ocasiones. Pero una de las barreras más importantes que científicos e ingenieros deben enfrentar es la energía. De una forma u otra, los implantes necesitan estar conectados a alguna forma de batería para satisfacer sus necesidades energéticas, sin embargo, un nuevo trabajo sobre prótesis retinales fotovoltaicas proveniente de la Universidad de Stanford elimina todo requerimiento de cables y fuentes externas gracias a un implante que puede obtener energía de la luz ambiental.
Todos los días somos testigos de los requerimientos de energía que tienen algunos dispositivos. No pasa un momento en la semana sin que un gadget pida a gritos ser conectado a su cargador. Si eso resulta una molestia en dispositivos que podemos manipular, imaginemos por un momento el desafío que representa alimentar y recargar a sistemas realmente pequeños, como implantes o prótesis. La tecnología continúa avanzando hacia un punto en el cual el ojo biónico será perfectamente viable para aquellas personas con ceguera parcial o incluso total. Uno de los problemas está en las limitaciones de diseño que imponen las fuentes de energía actuales. Los implantes retinales han permitido que algunos pacientes puedan percibir algunas formas, siempre y cuando sean conectados a una batería que suele ir instalada detrás de la oreja.
Ahora, las reglas parecen haber cambiado. Un reciente desarrollo de la Universidad de Stanford sobre implantes retinales fotovoltaicos han permitido la creación de un sensor que puede operar sin la necesidad de cables ni baterías. Su fuente de energía no sería otra más que la luz natural, gracias a la intervención de un par de gafas especiales que recogen la información visual y la apuntan hacia el implante (creado a partir de “píxeles” fotovoltaicos) en la forma de rayo infrarrojo. Esto es necesario debido a que la luz natural es una fuente mil veces más débil de la que se suele usar para implantes similares. El implante se encarga luego de detectar y convertir este rayo infrarrojo en señales eléctricas para estimular las neuronas.
Hasta el momento se han realizado pruebas en ratas (que de acuerdo a los reportes ya habían fallecido, y los investigadores utilizaron sus retinas) con resultados positivos, sin embargo existen algunas limitaciones, comenzando con qué tan precisa es la visión otorgada por este implante. Los responsables de este proyecto admiten que una “visión real” aún está muy lejos, pero dentro de sus objetivos se encuentran reducir el tamaño de los píxeles para aumentar su cantidad, trasladar las pruebas de laboratorio a animales vivos, y finalmente iniciar pruebas para su utilización en humanos.