Ted Berger ha pasado una década diseñando un implante cerebral que pueda guardar recuerdos. El chip podría ayudar a pacientes con Alzheimer, y convertir las perdidas de memoria en algo del pasado.El uso médico de chips neurales para el tratamiento de desórdenes mentales y problemas de memoria es el objetivo principal del plan de Ted Berger, que ha creado el primer implante de memoria. Ted cree que puede revolucionar el mundo de la medicina.
Un cable delgado une una aguja y un pequeño chip de silicio sobre la mesa de trabajo. Se cierra un interruptor, y una serie de pequeñas ondas danzan en una pantalla. Uno de los científicos explica que el chip está enviando pulsos eléctricos a trozo de cerebro a través de la aguja. Lo que vemos en la pantalla es la respuesta del cerebro a ese estímulo. “Y son idénticas en forma y frecuencia a las enviadas por el chip.”, aclara Srinvasan, uno de los empleados de Berger. “Dicho en otros términos, el chip se esta comunicando como una parte más del cerebro”
El equipo de Berger ha montado esta demostración para mostrar a la prensa una pequeña ventana al futuro de la neurología. El hecho de que un chip sea capaz de “conversar” con células cerebrales es un importantísimo primer paso. Abre la puerta a la posibilidad de implantar maquinaria en el cerebro, capaz de, por ejemplo, mejorar nuestra memoria o brindarnos nuevas habilidades.
El grupo de Berger esta compuesto por profesionales de áreas muy diversas, tales como matemáticos, neurólogos, ingenieros informáticos y bioingenieros de todo el país. El chip que están probando es capaz de simular unas 12.000 neuronas, una pequeñísima parte de las mas de 100 mil millones que tiene un cerebro humano. Pero no está nada mal para ser un prototipo.
“Este es el tipo de ciencia que pude cambiar el mundo”, dice uno de ellos. Y realmente es así.