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Implante cerebral que aprende

Este implante y el cerebro “conversan” para lograr un objetivo común y, gracias a esto, ambos aprenden a funcionar mejor en conjunto. En las pruebas que se realizaron con ratas, estas mejoraron su desempeño manejando un brazo robótico a pesar de que las pruebas se volvían más difíciles con el tiempo.

Hasta ahora, los implantes cerebrales o interfaces que funcionaban con señales nerviosas eran pasivas. Esto significa que sólo se limitaban a decodificar la señal y actuar en consecuencia, mientras el cerebro hacía todo el trabajo. En cambio, estos nuevos implantes “conversan” con el cerebro mediante un sistema de recompensas que les permite mejorar para el bien común.

En pruebas con ratas, estas debían controlar un brazo robótico y se las recompensaba cuanto más lograsen acercar el brazo a un objetivo predeterminado. Para el implante también se implementó un sistema en el cual éste recibía un puntaje de acuerdo con cuanto se había acercado al objetivo, incentivándolo a decodificar mejor las señales. De esta manera se logró que el cerebro y el implante encuentren la mejor manera de interactuar, además de que ambos mejoren con la práctica. Este logro es muy importante, más si tenemos en cuenta la reducida capacidad del cerebro de las ratas.

Este tipo de interfaz es un cambio de paradigma radical. Se dejan de usar los dispositivos dando órdenes que son seguidas “sin pensar”. En cambio, estos nuevos dispositivos nos ayudan a encontrar la mejor manera de alcanzar nuestro objetivo común, facilitándonos la tarea. Además, gracias al sistema utilizado, el dispositivo “aprende” a mejorar sus respuestas en base al resultado obtenido. Como con tantos otros avances de los que te contamos, no podemos esperar a ver esta tecnología aplicada, ya que además de revolucionaria, tiene muchas posibles aplicaciones.

Escrito por editorwp_4054

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