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Impactantes imágenes de un vertedero de e-waste en Ghana

Una historia de horror ambiental, y la gente que sobrevive allí

Impactantes imágenes de un vertedero de e-waste en Ghana

El barrio de Agbogbloshie se encuentra en la ciudad de Acra, capital de Ghana. Allí existió uno de los vertederos más grandes de chatarra electrónica del mundo, recibiendo anualmente unas 15 mil toneladas de material. El proyecto «E-Waste in Ghana: Tracing Transboundary Flows» ganó la 13ra. Edición del Carmignac Photojournalism Award, y sus imágenes presentan un contraste brutal entre la tragedia ambiental, y quienes buscan una oportunidad económica atravesando la contaminación y el metal descartado.


El fotógrafo e investigador Muntaka Chasant explica en su sitio oficial que el gobierno de Ghana «demolió violentamente» al vertedero de Agbogbloshie en julio de 2021. Cualquiera llegaría a la conclusión de que es un gran avance para reducir el dumping ilegal de e-waste en la región, pero Muntaka agrega que esa acción fue un ataque directo a los pobres de Acra, cortando líneas básicas de subsistencia.

Como era de esperarse, la demolición no detuvo el procesamiento de e-waste, sino que transformó a un vertedero en muchos, más cercanos a la gente, que están apareciendo a través de Acra y Tema, una ciudad cercana. Muntaka unió fuerzas con la fotógrafa francesa Bénédicte Kurzen y el periodista Anas Aremeyaw Anas para crear el proyecto «E-Waste in Ghana: Tracing Transboundary Flows», y estas son algunas de sus imágenes:


Supervivencia en un vertedero de e-waste

Emmanuel Akatire, un joven de 20 años, busca material valioso entre el e-waste: Cobre, hierro, y aluminio. (Muntaka Chasant para Fondation Carmignac)

Agbogbloshie llegó a recibir unas 15 mil toneladas de e-waste por año, combinando teléfonos, ordenadores, y todo tipo de electrónicos. Las estadísticas de Naciones Unidas (actualizadas a 2022) hablan de una producción de 62 millones de toneladas de chatarra electrónica a nivel global, y se proyecta que ese número saltará a 82 millones en 2030. 91 mil millones de dólares en la basura, combinando cobre, oro, hierro, y otros materiales secundarios.


Cada pepita cuenta. La quema de material es una constante. (Muntaka Chasant para Fondation Carmignac)
Buena parte de la reducción también se realiza a puro martillazo (Muntaka Chasant para Fondation Carmignac)

Desde un punto de vista técnico/legal, Ghana prohíbe la importación de muchas formas de e-waste, pero los sobornos a oficiales portuarios son cosa de todos los días. Esto multiplica la aparición de vertederos informales en la costa de Ghana, y atraen a miles de recolectores, buscando algo de dinero durante la temporada seca. Muchos de ellos son niños, y durante el proceso de reducción quedan expuestos a un amplio rango de químicos tóxicos, entre los que se destacan plomo, mercurio, y retardantes de llama bromados.


En esta fotografía tenemos a Simon Aniah, de 24 años, proveniente de la región «Upper East» de Ghana, quemando cables para recuperar su cobre (Muntaka Chasant para Fondation Carmignac)
Con el exceso de e-waste, también surgen pequeñas tiendas que buscan reparar equipos para venderlos en el mercado local (Bénédicte Kurzen para Fondation Carmignac / NOOR)

A esta «industria del reciclaje» también se suman muchas iniciativas de reparación y venta en la zona. El artículo de NPR menciona a la Avenida Zongo en Acra, hogar para cientos de tiendas que venden equipos recuperados, desde ordenadores hasta televisores, y otros electrodomésticos.


Fuentes: NPR, Fondation Carmignac, Muntaka Chasant, Bénédicte Kurzen, Anas Aremeyaw Anas


Escrito por Lisandro Pardo

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