Se ha abierto una nueva puerta para las investigaciones de simulación cerebral. Hace un tiempo mencionamos cómo logró la gente de IBM simular un cerebro de rata utilizando al superordenador BlueGene/L. Ahora, IBM redobló la apuesta en conjunto con investigadores de la Universidad de Stanford, y han logrado crear un modelo completo del cerebro de un gato. La “tarea” demandó la nada despreciable cantidad de 144 terabytes de memoria RAM en el sistema BlueGene/P, el cuarto más poderoso del planeta. La simulación posee mil millones de neuronas y diez billones de sinapsis, convirtiéndola en uno de los ejemplos más complejos de simulación cerebral hecho hasta la fecha, aunque todos están de acuerdo en que el siguiente paso, es el cerebro humano. Los gatos se encuentran entre los animales más apreciados por los seres humanos, por su agilidad, su independencia, y otros tantos atributos. El cerebro de un gato es menos complejo que el de un ser humano, pero aún así le permite a los felinos llevar a cabo acciones extraordinarias. Por más que consideremos al cerebro del gato como “más simple” que el nuestro, su simulación a manos de IBM y un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford, resultó ser una tarea titánica. IBM ya había participado en estos proyectos de simulación cerebral. En 2007 se pudo reproducir por completo el cerebro de una rata, y el haber simulado solamente el uno por ciento del cerebro humano fue considerado como un hecho fantástico por el mundo de la ciencia. Ahora, han utilizado al superordenador BlueGene/P para reproducir completamente al cerebro de un gato.
Los recursos que fueron necesarios para llevar a cabo la simulación son enormes. El simple hecho de necesitar a un sistema como BlueGene/P debería hablar por sí solo, pero la simulación de mil millones de neuronas y diez billones de sinapsis requirió un total de 144 terabytes de memoria RAM. Aún con la capacidad de procesamiento de BlueGene/P, el cerebro simulado se “ejecutó” a una centésima de la velocidad de un cerebro de gato real. La técnica utilizada para obtener este nivel de complejidad es conocida como BlueMatter, que permite generar diagramas de las conexiones corticales y sub-corticales del cerebro. Se espera que BlueMatter pueda ser utilizado en la simulación del cerebro humano, cuando eso sea posible, claro está. Esta apenas ha sido la primera fase en la investigación, y todavía queda un camino muy arduo por delante. La complejidad del cerebro humano es algo que actualmente está más allá de la capacidad de los mejores superordenadores del mundo (apenas se pudo con el cerebro de un gato, y funciona cien veces más lento), pero a pesar de las dificultades, es una misión que la ciencia cree que vale la pena enfrentar. El cerebro humano es el ordenador más eficiente conocido, con enormes capacidades de procesamiento y un consumo energético que no supera a una luz incandescente de 20 watts. Si se pudiera reproducir artificialmente el diseño del cerebro humano, se tendría acceso a “ordenadores cognitivos”, que prácticamente reescribirían la informática si llegaran a ser desarrollados.