La gran mayoría de las cámaras «convencionales», incluyendo aquellas integradas a smartphones y tablets, tienen un punto en común: Sólo procesan la luz visible. Esto demuestra mucha lógica, ya que ese procesamiento es compatible con nuestros ojos… pero hay otro tipo de cámara, con la capacidad de capturar casi todo lo que no podemos ver sin ayuda. El nombre oficial para ese hardware es «cámara hiperespectral», y en general cuesta una fortuna, sin embargo, la HyperCam busca quebrar dicha tendencia.
Si el plan es tomar una fotografía, cualquier smartphone promedio debería ser capaz de cumplir con esa misión. Si queremos algo un poco más profesional, en este punto es necesario dar el salto hacia hardware dedicado, el cual brindará resultados definitivamente superiores. Ahora, ¿qué pasa cuando deseamos una foto «por fuera» del espectro visual? Lo más probable es que debamos ingresar al territorio de las imágenes hiperespectrales. En términos muy relajados, una cámara hiperespectral va «más allá» de lo que pueden ver nuestros ojos, procesando longitudes de onda adicionales. Los dos inconvenientes más relevantes de cualquier cámara hiperespectral son costo y tamaño. Tanto el presupuesto como el espacio que demanda suele ser muy grande, y esto limita su aplicación a entornos muy especializados.
Afortunadamente, la gente de Microsoft Research y la Universidad de Washington quieren cambiar eso con el proyecto HyperCam. Se trata de una cámara compacta que puede registrar un total de diecisiete longitudes de onda diferentes dentro del espectro visual y el infrarrojo cercano. La cámara compara cada uno de los cuadros especiales con una foto tradicional, establece cuáles son lo que poseen mayores diferencias frente al material original, y luego crea una imagen compuesta combinando a esos cuadros. ¿Qué podríamos ver con la asistencia de la HyperCam? Dos ejemplos excelentes son las venas bajo nuestra piel, o la madurez de una fruta.
En estos momentos, el diseño de la HyperCam coloca en su etiqueta un precio cercano a los 800 dólares (una cámara hiperespectral de laboratorio cuesta decenas de miles de dólares), y con el desarrollo suficiente, integrar su tecnología a un smartphone podría añadir apenas 50 dólares a su costo general. Por supuesto, esto requiere que la cámara ingrese en un complejo proceso de miniaturización, y necesitará un sólido software como compañero de batalla, pero nos encantaría ver esto en el mercado pronto.