Todos los juegos que involucran a un balón (léase bola o pelota) ofrecen cierto nivel de control sobre este objeto. Sin embargo, ¿qué pasaría si la bola esquivara la raqueta, el taco, el bastón, o incluso el pie? Los fans de Harry Potter deben estar pensando en la Snitch, y el proyecto HoverBall básicamente la trae a la vida real, en la forma de un dron.
Aún no estamos seguros si debemos considerarlos como enemigos de nuestra privacidad, como herramientas ideales para múltiples aplicaciones, o simplemente como métodos alternativos de entretenimiento. A pesar de todo esto, hay algo que no cambia, y es que los drones han llegado para quedarse. En esta oportunidad, debemos enfocarnos sobre el antes mencionado “entretenimiento”. Imagino que mientras escribo estas líneas debe haber una cantidad significativa de personas volando drones por el simple placer de hacerlo, ¿pero qué pasa cuando el dron tiene el potencial de convertirse en “parte” de un juego, digamos, un balón? Por un lado, algunos deportes podrían ser más seguros para los más pequeños o mejorar las sesiones de entrenamiento, y por el otro, habría espacio para el desarrollo de nuevos juegos. Con eso en mente, descubrimos al proyecto HoverBall, creado por el ingeniero Jun Rekimoto de la Universidad de Tokio.
En esencia, lo que propone HoverBall es un balón volador que puede flotar o esquivar jugadores de ser necesario. El diseño está basado en un cuadricóptero con soportes circulares que evitan cualquier contacto no deseado con los rotores, y generan su forma esférica. En su versión actual, HoverBall requiere de un mando a distancia (y por extensión, un piloto humano), pero Rekimoto tiene planeado agregar ciertos aspectos de inteligencia artificial a su programación, para hacer autónomo al dron. Sabiendo este último punto, se vuelve inevitable pensar en el Quidditch. La llamada “versión muggle” del Quidditch ha alcanzado un nivel de desarrollo impresionante, y la idea de introducir una Snitch real probablemente sea irresistible. No existen muchos detalles técnicos sobre la HoverBall, aunque sí se confirmó que la duración de su batería es de apenas cinco minutos, probablemente el punto más crítico a mejorar.