Holocube HC70 es el ultimo producto de la linea Holocube. Estos dispositivos pueden reproducir imágenes en 3D -muchos de ellos incluso tienen soporte táctil- y pueden conseguirse en diferentes tamaños. El modelo más pequeño tiene una diagonal de 10 pulgadas, y el más grande de la serie, el HC70, posee unas impresionantes 70 pulgadas. La calidad y realismo de las imágenes exhibidas lo convertirán en el favorito de todos los amantes de Star Wars. O al menos, de aquellos que posean el dinero suficiente para comprarlo.
Estamos asistiendo a una verdadera explosión de productos “3D”. Aún es demasiado pronto para saber cual será la tecnología que finalmente dominará el mercado, pero cada empresa del sector electrónico con un tamaño mas o menos importante ha encarado alguna forma de proyección tridimensional. Ya hemos visto aparatos de TV y placas de vídeo capaces de ofrecer a sus usuarios la “experiencia 3D”, pero el Holocube HC70 realmente impresiona. En primer lugar, lo que más llama la atención es su tamaño. Setenta pulgadas son casi dos metros (178 centímetros) de diagonal, y como puedes ver en las fotografías y vídeos que acompañan este articulo, ese tamaño permite mostrar cosas que dispositivos más pequeños no pueden. Esa niña, por ejemplo, puede ser confundida por un espectador distraído como una persona de verdad.
En las tripas de este aparato se encuentra -además del “proyector holográfico” en si mismo- un ordenador dotado de un microprocesador Intel dualcore corriendo 2.8GHz y ejecutando Windows 7. El disco duro, un modelo de estado sólido, de 40 GB de capacidad permite alojar unas 18 horas de vídeo comprimido a un bitrate de 4 megabits por segundo. Las imágenes poseen una resolución de 1080 píxeles en exploración entrelazada. Los contenidos se vuelcan al Holocube mediante una conexión USB y -según el fabricante- el dispositivo es completamente inmune a cualquier virus informático. En su web no se encuentra ninguna explicación sobre el principio de funcionamiento del proyector que genera las imágenes tridimensionales a partir de un vídeo convencional.
En cuanto a su precio, tampoco hemos podido encontrar nada concreto. En la página oficial del producto existe un link (“Order Here”) que permite encargar uno de estos cacharros, pero nos remite a una dirección de correo desde la que aún no hemos tenido respuesta. Pero si existe alguna relación entre los más de 7 mil quinientos euros que cuesta el modelo de 10 pulgadas con este cuya diagonal es siete veces mayor, seguramente no será barato. Su alto –muy alto– precio seguramente relegará las primeras unidades del HC70 producidas a las grandes tiendas y hoteles de lujo, establecimientos que pueden aprovechar sus bondades como una forma más de atraer clientes. Pero como ha ocurrido con casi todos los inventos que hoy disfrutamos, la competencia y los procesos de fabricación en masa harán descender su precio lo suficiente como para que -quizás dentro de 5 o 10 años- podamos tener un Holocube HC70 en nuestra sala.