¿Estamos en Transilvania? ¿Los vampiros se adueñan de la tecnología? No. Simplemente la marca japonesa ha puesto en marcha un sistema de identificación biométrica basado en las venas de los dedos que resulta muy difícil de falsificar y a la vez barato de implementar. No te mires al dedo, que así no es como funciona.
Ya tenemos uno más para la colección. Se han inventado sistemas de huella dactilar, diseñado dispositivos de autenticación de retinas o de trazos del iris, de reconocimiento de voz y hasta de termografías del rostro. Ahora, de la mano de Hitachi, nos llega un nuevo sistema que promete fiabilidad, sencillez y una cierta invulnerabilidad. Está basado en el patrón de las venas que recorren nuestros dedos y que tienen la particularidad de que, aparte ser únicos e intransferibles en cada persona, no pueden ser percibidos a simple vista. La caracterización de las venas del dedo se detecta a través de un haz de luz y de esta forma, se obtiene una imagen que procesada mediante un algoritmo especial se convierte en información digital preparada para ser registrada. Todo ello con las máximas garantías de seguridad.
Hitachi denomina a su sistema como VeinID y promete dejar atrás a las tecnologías de huella dactilar o similares porque argumenta que el sistema de autenticación por venas se muestra más barato, rápido y fiable a la hora de proteger nuestros ordenadores de miradas indiscretas. Funciona enviando un rayo de luz cercana al ámbito de los infrarrojos y escanea el dedo medio de nuestra mano. La luz es absorbida parcialmente por la hemoglobina de la sangre y eso reflecta en un patrón característico que es capturado por una cámara que obtiene el diseño en 3D. Luego este patrón se compara con la base de datos previamente establecida y nos da un resultado dependiendo si coincide con la muestra. Ni siquiera los gemelos tienen las venas iguales así que podemos asegurar que este sistema es seguro. Como las venas se encuentran dentro del dedo, resulta imposible falsificar los patrones sin el consentimiento del usuario. No se puede copiar como sucede con las huellas dactilares o escanear como las retinas.
Sí pero ¿y si un desaprensivo te corta un dedo para colocarlo en la maquinita? Pues la respuesta de Hitachi no podemos negar que ha sido resolutiva. Si el dedo no recibe irrigación sanguínea, no se forman los patrones venosos necesarios para la identificación. De este modo, los apéndices fenecidos no valen. Otra cosa sería que te arrastren de los pelos hasta el cajero y te obliguen a poner el dedo, pero de eso no te libra ni el mejor de los sistemas. La verdad es que aparte de seguro, puede suponer un plus de comodidad pues no es necesario recordar claves ni soportar fogonazos en los ojos. Tan bueno es el sistema que otras marcas como Fujitsu trabajan en una tecnología similar pero basada en los patrones venosos de la palma de la mano. Se está poniendo muy de moda en hospitales y recintos médicos.
Llevan investigando desde 1997 en la tecnología de reconocimiento de las venas de los dedos en el Central Research Institute de Hitachi, e incluso la compañía ha registrado diversas patentes. En Japón este sistema se ha implantado masivamente desde el 2006 y ha tenido tanto éxito que se ha convertido en el estándar de los cajeros automáticos. En Marzo del 2007, unos estudios independientes mostraron que el 80 % de las sucursales bancarias habían adoptado esta tecnología biométrica de detección por venas de los dedos. La marca nipona cree que su producto posee un enorme potencial y ha dispuesto 10.000 unidades para la exportación a EEUU y Europa. ¿Y si un zombi mete un dedo que pasaría?