A mediados de mayo, la Corte de Justicia de la Unión Europea estableció el “derecho a ser olvidado” en la Web, lo que permite a individuos solicitar la eliminación de datos indexados por el buscador de Google. Ahora, Hidden from Google busca hacer exactamente lo contrario, rastreando cada uno de los enlaces que fueron borrados.
Todo comenzó en la hemeroteca digital del periódico español La Vanguardia. En la página 23 de la edición publicada el lunes 19 de enero de 1998, aparece una referencia a la subasta de una propiedad embargada a Mario Costeja González. En total, los anuncios publicados fueron dos, y con el paso del tiempo, Costeja González pagó su deuda. En noviembre de 2009 trató de solicitar al periódico que elimine esa copia del sitio. La Vanguardia se negó, debido a que la publicación de la subasta es un requerimiento del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. El paso siguiente fue en febrero de 2010, esta vez en contra de Google. La Agencia Española de Protección de Datos rechazó la demanda que afectaba al periódico, pero la sostuvo en el caso del buscador. El procedimiento pasó por la Audiencia Nacional, y llegó a la Corte de Justicia de la Unión Europea. El fallo de la Corte, revelado el 13 de mayo, establece que un motor de búsqueda es “responsable por el procesamiento” de los datos personales publicados en sitios de terceros, lo que sostiene la posibilidad de solicitar su eliminación. Así nació el “derecho a ser olvidado”.
Desde su entrada en vigencia (30 de mayo), el derecho de libre acceso a la información y el derecho a la privacidad han cruzado espadas, y Google recibió más de 70 mil solicitudes para borrar enlaces. Pero el punto es que la información sigue en la Web: Lo único que logra este veredicto es que sea más difícil encontrarla. Allí es cuando aparece Hidden from Google, un portal que apela a la colaboración de los usuarios para reportar y registrar los enlaces que hayan sido purgados del buscador. De momento, Hidden from Google no tiene muchas entradas, pero allí podrás ver el famoso enlace de Costeja González, otro que apunta a la prisión eludible bajo fianza de dos directivos de Riviera Coast Invest, la salida del hospital de Kelly Osbourne, y la historia del ex CEO de Merrill Lynch, entre otras cosas.
Básicamente, Hidden from Google busca ser una “biblioteca de censura”, entregando poder al lector para decidir si esta clase de mecanismos protegen o afectan las libertades de cada uno. El hecho de depender de las contribuciones externas tal vez haga sus primeros pasos más lentos de lo normal, pero con el tiempo podría convertirse en una especie de “WikiLeaks” orientado a enlaces censurados. Y no hay que perder de vista un detalle fundamental: La atención sobre aquellos que solicitan el retiro de un enlace se multiplica. Es casi como si nunca hubieran leído sobre el “efecto Streisand”. ¿Privacidad o libertad de acceso? Los comentarios están abiertos.