Es… es real. No tendrá la versatilidad de la versión que le vimos usar a Marty McFly en dos películas… pero es real. Atrás quedaron las bromas de mal gusto y las campañas publicitarias. La gente de Hendo, una compañía estacionada en California, presentó como “prueba de concepto” a un hoverboard inspirado en tecnología maglev. El proyecto llegó a Kickstarter, y como era de esperarse, explotó.
¿Cómo no estar emocionados con esta noticia? ¿Cómo seríamos capaces de contener el entusiasmo? ¿Cuántas veces vimos las tres películas, y cuántas veces más las vamos a ver antes de convertirnos en polvo? Admito que soy uno de los primeros en quejarse por el “futuro” que estamos viviendo. Seguimos usando petróleo, enfermedades descubiertas hace más de treinta años nos aniquilan como si fuera el primer día, peleamos por miserables parches de tierra y el dinero mantiene esclavizados a todos de una forma u otra. Más allá de los límites en su diseño (ruidoso y pesado para comenzar), saber que existe un hoverboard real restaura aunque sea un poco a esos sueños que teníamos cuando éramos pequeños, sueños de coches voladores, comida futurista y botellas de “Pepsi Perfect” (sí Pepsi, estamos esperando).
Aún así… la fuente de inspiración principal para la gente de Hendo no fue el hoverboard, sino la arquitectura. Como ya sabemos bien, la tecnología maglev nos ha acompañado durante décadas. Y así fue como Greg Henderson, el inventor del hoverboard Hendo, se preguntó lo siguiente: Si es posible hacer levitar a un tren de 50 mil kilogramos, ¿por qué no hacer lo mismo con una casa? En realidad, su visión encaja más con la de un sistema de emergencia, a través del cual una casa entera podría elevarse en caso de terremoto, inundación u otro desastre natural. El hoverboard es una prueba de concepto, una demostración de que la tecnología puede ser adaptada a diferentes aplicaciones y escalas. Concedido: Aún es necesario cubrir el suelo con un metal no ferroso, pero en su momento se dijo que los trenes flotantes eran algo imposible, y allí están.
¿Qué ofrece Hendo con su campaña de Kickstarter? En primer lugar, lo que la compañía llama “Whitebox”. Es un kit de desarrollo compuesto por un motor de levitación, y suficiente superficie para hacerlo levitar. El plan es que ingenieros, desarrolladores y entusiastas claven sus garras en el Whitebox y vayan mucho más allá del hoverboard. El precio de cada kit es de 299 dólares, más otros treinta en concepto de envío internacional. ¿Y qué hay del hoverboard? Lógicamente, está agotado. A un precio de diez mil dólares por unidad, Hendo fabricará diez hoverboards, que serán entregados en octubre de 2015. Sí… octubre de 2015.
13 Comments
Leave a Reply