Y aún tenemos lugar para uno más. Hemos visto una cantidad impresionante de hacks de Kinect en los últimos meses, pero hasta que la gente de Redmond no pise el acelerador con determinación y lance títulos que vayan más allá del juego casual, lo mejor del control de movimiento lo seguiremos encontrando en aquellos proyectos realizados por universidades, ingenieros y entusiastas por igual. En esta ocasión, nada menos que un Parrot AR Drone, uno de los mejores cuadricópteros del mercado, controlado por alguien que se hace “pasar por avión” con los brazos extendidos.
Damas y caballeros, tenemos otro hack de Kinect más para compartir aquí. Hemos visto robots controlados con Kinect, instrumentos simulados con Kinect, vídeos de música realizados con Kinect, captura 3D, captura de movimiento, realidad aumentada, invisibilidad, juegos para adultos, múltiples interfaces, videoconferencias… y la lista sigue. Lo que controla el Kinect hoy no es precisamente un robot, pero no es la primera vez que lo vemos cruzar espadas con el radiocontrol y el aeromodelismo. En diciembre pasado vimos que el Kinect había sido convertido en una especie de radar para un cuadricóptero que podía adaptar su trayectoria de vuelo en forma dinámica. Hoy, no hay un radar propiamente dicho, pero el Kinect sigue asociado a un cuadricóptero, aunque esta vez a modo de control.
El vehículo es un Parrot AR Drone, que puede ser controlado con un iPhone o un iPad, y posee una autonomía de vuelo de quince minutos. El sujeto del vídeo no se cree un pájaro ni está bajo los efectos de ninguna sustancia, sino que está tratando de controlar al cuadricóptero con sus brazos, gracias a las capacidades de detección del Kinect. El proyecto es un trabajo de Zickel Engineering, y fue presentado en el último Kinnernet 2011. Los movimientos no parecen estar del todo relacionados con la reacción del Parrot en algunos puntos, aunque aparenta ser más una cuestión de entrenamiento que de limitaciones en la interfaz.
De todas formas, hubiera sido más razonable que los gestos fuesen simplificados. Aunque alguna vez hemos pretendido ser un avión en nuestra infancia, la resistencia del usuario al tener los brazos extendidos probablemente sea mucho menor que la duración de la batería del Parrot. Por otro lado, algo como esto abre la puerta a una interesante forma de juego al aire libre, con el usuario tratando de hacer pasar al cuadricóptero por un circuito de obstáculos, aros y barreras. E insistimos con la idea de “al aire libre”, porque casi medio kilo moviéndose a un máximo de 18 kilómetros por hora no es algo bueno para ninguna cabeza presente en el lugar ante la posibilidad de un impacto…