Hace poco hemos comentado la posibilidad de una Era Oscura Digital, en la que toda la información que poseemos podría volverse ilegible en sólo un par de décadas, debido a la falta de soporte para leer los formatos de almacenamiento que para nosotros, son actuales. Ejemplos vivos y tangibles de esta amenaza pueden verse en los discos flexibles, o por qué no, entre las unidades IDE. Después de ocho años de desarrollo, se ha alcanzado lo que podría ser una solución: Un disco de titanio-níquel de tres pulgadas, conteniendo información análoga.
El disco milenario
Sería una verdadera locura pretender que dentro de 500 años algún experto en informática (en realidad, incluso para esa época el término "informática" sería algo antiquísimo) pueda leer un DVD, una memoria Flash o un disco Blu-ray. Además de considerar a estas cosas dignas de un arqueólogo, no tendría disponibles los componentes adecuados como para crear algo semejante a un dispositivo de lectura para esos medios. En un aspecto técnico, cualquier información que puedan contener esos medios estaría efectivamente "perdida", porque no hay manera de interpretarla.
Lo contrario sucede con lenguajes y escrituras que han sobrevivido con el paso del tiempo, como por ejemplo los jeroglíficos egipcios. De alguna manera ha habido siempre una forma mínima de interpretación y traducción, lo que nos permite a nosotros, seres humanos del siglo XXI, saber cómo vivían y en qué creían otros seres humanos que habitaron el planeta miles de años atrás. Dentro de miles de años, este proceso se repetirá. Humanos del siglo XL querrán saber cómo vivíamos y qué pensábamos nosotros. Si no creamos alguna clase de método de almacenamiento a largo plazo, tal vez para esa gente nuestra época sea un verdadero período oscuro de la historia.
Para enfrentar este desafío, la empresa Norsam Technologies trabajó durante ocho años para lograr el disco Rosetta, en referencia a la antigua piedra Rosetta que permitió traducir los lenguajes jeroglífico y demótico gracias a que en la piedra estaba tallada un mismo pasaje, pero que además estaba escrito en griego clásico. Con un punto de partida como este, comprender los lenguajes antiguos fue mucho más fácil (sin mencionar posible) para los historiadores. Sin embargo, con la tecnología actual se puede llevar el concepto de Rosetta mucho más allá de los tres lenguajes originales que están en la piedra.
Primero, el disco no es digital, sino análogo. La información está grabada en la superficie del disco, y puede ser leída por un ser humano utilizando un microscopio básico con una capacidad de aumento de 750x. A través de un total de 13.500 páginas están escritos los pasajes del Génesis 1-3, una lista universal de palabras y guías de pronunciación. Esto está disponible en 1.500 lenguajes diferentes. El disco es hecho a mano, y por ende tiene un costo bastante alto para una persona normal, pero podría ser un objeto interesante de poseer para coleccionistas con altos recursos: Aproximadamente €17.900.
Existen planes para crear más de estos discos, y diseminarlos en todo el planeta. Al mismo tiempo, la sonda espacial Rosetta carga una versión especial de estos discos, la cual en el 2014 aterrizará (si todo va bien y esperamos que así sea) en el cometa designado 67P/Churyumov-Gerasimenko. Es verdad, sería un poco complicado poder acceder a dicho disco, pero al menos queda la seguridad de que existe una copia permanente y resistente de nuestros idiomas, para que quienes vengan en el futuro (sean humanos o no) sepan quienes fuimos y en qué creíamos.
Desde los hombres de las cavernas dejando sus dibujos en las paredes de roca, a los jeroglíficos egipcios tallados y pintados con sorprendente delicadeza, y llegando a nuestra era tecnológica que acumula exabytes de información, debemos depositar nuestra historia y nuestro conocimiento en un disco utilizando los mismos métodos que nuestros ancestros, sólo que más refinados: El disco es la piedra, y la capacidad de escribir caracteres minúsculos sobre él, nuestro cincel y martillo. Si la Era Oscura Digital ha de venir, al menos tendremos una pizca de esperanza, sabiendo que gracias a cosas como el disco Rosetta, de alguna forma, sobreviviremos.
