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Hayabusa regresa a casa

La sonda espacial japonesa Hayabusa, lanzada al espacio el 9 de mayo de 2003 con el objetivo de recoger muestras de la superficie del pequeño asteroide Itokawa, regresará a la Tierra a mediados de este año. Si bien la agencia espacial japonesa no dispone de la fecha exacta en que Hayabusa descenderá en Australia, están confiados en sus motores iónicos finalmente traigan a casa las primeras muestras que la humanidad recoge de un asteroide. Te contamos los pormenores de esta fantástica misión.

Hayabusa es una misión espacial no tripulada que la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) lanzó el 9 de mayo de 2003 con el objetivo de recoger muestras de la superficie de un pequeño asteroide cercano a la Tierra llamado (25143) Itokawa. Este trozo de roca espacial mide solamente 300 metros de ancho por 700 de largo, y fue descubierto en 1998 por el telescopio LINEAR. Los científicos japoneses han anunciado que la sonda espacial regresará finalmente a nuestro planeta, con sus muestras a bordo, a mediados de este año. Aún no se conoce la fecha exacta de su arribo, pero se sabe que aterrizará en Australia.

La nave espacial de Hayabusa, anteriormente conocida como MUSES-C,  llegó a las proximidades de Itokawa el 12 de septiembre de 2005. Se estableció una órbita a una distancia de unos 20 kilómetros del asteroide, y luego lanzó un pequeño aterrizador llamado Minerva. Este robot se encargó de realizar análisis para determinar con precisión la forma del asteroide, su velocidad y sentido de giro, detalles de su topografía, color, composición, densidad, entre otros. Una vez terminada esta etapa de la misión, Hayabusa se aproximó a apenas 7 km del mismo. El 20 de noviembre la sonda se posó sobre el asteroide durante y 30 minutos más tarde volvió al espacio. Finalmente, el 25 de noviembre, en un segundo descenso, la sonda tomó muestras del suelo del asteroide. La navegación automática fue clave durante este período, porque el retraso de las comunicaciones debido a la distancia impedía que la JAXA enviase órdenes en tiempo real. Para obtener las muestras, la nave espacial disparó proyectiles  a la superficie y recogió el polvo resultante. Las muestras obtenidas -suponen los encargados de la misión- pesan aproximadamente un gramo.

A pesar de que otras naves espaciales, como las sondas Galileo y Near, han visitado asteroides antes que Hayabusa, parece esta será la primera en lograr recoger y traer a nuestro planeta materiales de un asteroide para su análisis, aunque la misión ha tenido varios contratiempos. Las posibilidades de recuperar la sonda se redujeron enormemente cuando a fines de noviembre de 2005 se detectaron fugas de combustible. No solo se perdió todo el  combustible de los motores químicos, sino que la fuga generó fuerzas que hicieron rotar a la sonda de forma incontrolada,  perdiendo totalmente las comunicaciones. Pero la sonda está equipada con cuatro motores iónicos, que  funcionan mediante descargas de microondas que ionizan el gas xenón (unos 65 kilogramos) que la nave lleva a bordo. La acción de estos motores logró volver a estabilizar a  Hayabusa, y el  5 de febrero de 2006 comenzó el viaje de regreso. La nave se impulsa con uno de estos motores, que funcionarán 8000 horas seguidas hasta acelerar a la nave a unos 1400 km/h. El sistema de propulsión iónico está más que probado, y ha funcionado durante 31.000 horas desde su lanzamiento en 2003.

No todo ha sido color de rosas en el viaje de regreso. La sonda, aunque controlada, describe un giro sobre su eje cada cinco minutos, lo que obliga a utilizar combustible para corregir el rumbo. A pesar de todo, los controladores de la misión no están teniendo problemas para comunicarse con la sonda o para operar con ella. A esto se suma la sospecha de que los proyectiles que debían dispararse sobre el asteroide para recoger las muestras en realidad nunca se dispararon. En efecto, algunos datos sugieren que las balas nunca fueron disparadas debido a que el ordenador de abordo envió incorrectamente algunas órdenes a los sensores. Pero aún así, los encargados de la misión tienen la esperanza de encontrar “algo de polvo a bordo” cuando la sonda aterrice. Esta esperanza se fundamenta en que el colector que estuvo abierto durante los aterrizajes sobre Itokawa y parte del polvo que se levantó durante cada uno de esos eventos puede haberse colado dentro.

Finalmente, luego de  siete años de viaje  a través del sistema solar, Hayabusa se encuentra en la recta final.  Los motores de iones de Hayabusa la colocarán lo suficientemente cerca de nuestro planeta como para ser capturada por el tirón gravitatorio de la Tierra en algún momento de junio de este año. “Creemos que, como demostración de una tecnología, Hayabusa tiene el mérito de ser la primera misión capaz de haber viajado un asteroide y regresar a la Tierra”, dice Junichiro Kawaguchi, director del proyecto Hayabusa. "Desde ese punto de vista, estamos a punto de completar la misión.” Las autoridades de JAXA no han confirmado la fecha concreta de la llegada, aduciendo que desean prepararse para la recuperación de la sonda apartados de la mirada de los medios. A pesar de estar tan cerca del final de su largo viaje, Hayabusa todavia debe ser capaz de sobrevivir  al calor de la reentranda en la atmósfera. Sufrirá  aproximadamente 30 veces más calor que los experimentados por las naves Apollo, y padecerá desaceleraciones de hasta 25G. A pesar de todo,  Kawaguchi cree que “todo saldrá bien, y la sonda aterrizará con paracaídas en Woomera Sur, Australia.

A pesar de los pronósticos adversos, Hayabusa ha superado todos los inconvenientes que se han producido desde su lanzamiento en mayo de 2003. Sólo cinco meses se interponen entre Hayabusa y su paso a la historia. Kawaguchi estima en 60 por ciento las posibilidades a favor de que la sonda complete su viaje y aterrice de una sola pieza. Ahora, solo falta esperar.

Escrito por Ariel Palazzesi

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