Con cada artículo enfocado en el «avance» de las inteligencias artificiales, inevitablemente alguien se pregunta qué tan cerca estamos de Skynet y la desaparición de la raza humana. Esta duda no es nueva, y la ciencia ficción se ha encargado de explorarla hasta el cansancio, pero es mucho más antigua de lo que imaginamos: En junio de 1863, un escritor y criador de ovejas llamado Samuel Butler escribió a un periódico de Christchurch en Nueva Zelanda, advirtiendo sobre el peligro de la evolución mecánica, y directamente llamó a su destrucción absoluta…
La saga Terminator ha experimentado varias mutaciones con el paso de los años, pero su esencia sigue siendo la misma: Una superinteligencia artificial se vuelve consciente y llega a la conclusión de que la humanidad es una amenaza, al punto de combatirla en cuatro dimensiones. En el caso de The Matrix, sucede lo contrario: Los humanos (especialmente aquellos en el poder) vieron que la extraordinaria evolución tecnológica y económica de la nación mecánica «01» escapaba a su control, conjurando así una respuesta nuclear… que convirtió a nuestra especie en baterías Duracell.
Otro ejemplo más alejado en el tiempo se manifiesta a través de Dune. Aunque su trama principal es sobre poder, política, control de recursos y odios entre familias, el universo Dune tiene a su Jihad Butleriana, la gran cruzada contra las máquinas pensantes que terminó con una prohibición galáctica (casi equivalente a un mandamiento religioso), y la formación de los Mentats. La expresión «Butleriana» fue ampliada en el universo expandido, pero si tratamos de encontrar su origen, la Web cree que se trata de un criador de ovejas en Nueva Zelanda, quien llamó a la destrucción total de las máquinas… en 1863.
Samuel Butler: El John Connor del siglo XIX
Todo comenzó con una carta enviada por Butler al editor del periódico Press de Christchurch, Nueva Zelanda, el 13 de junio de 1863. Titulada «Darwin Entre las Máquinas», la carta toca varios aspectos, comenzando por la miniaturización del reloj, que en la mente del escritor finalmente reemplazaría a los grandes ejemplares, y provocaría su extinción. Eso nos lleva a la verdadera denuncia de Butler: Que estamos creando a nuestros propios reemplazos, otorgándoles un poder mayor día a día, incluyendo la capacidad de actuar por su cuenta y autorregularse.
Con el paso del tiempo, la humanidad se descubrirá a sí misma como «la raza inferior», y el hombre será para las máquinas lo que el perro y el caballo han sido para el hombre. Butler indica que las máquinas siguen ganando terreno, con un número cada vez mayor de hombres convertidos en «esclavos» para su atención, e invirtiendo las energías de sus propias vidas en el desarrollo de vida mecánica.
La opinión final de Butler (quien en su momento firmó la carta bajo el seudónimo «Cellarius») se reduce a una declaración total de guerra a muerte contra las máquinas, sin excepciones ni cuartel. Y si no podemos hacer esto, entonces nuestra servidumbre ya ha comenzado: Hemos creado una raza de seres que están más allá de nuestra capacidad para destruirlos, y no sólo estamos esclavizados a ellos, sino que también nos encontramos absolutamente conformes con ese cautiverio.
¿Quieres saber más sobre Butler? Es el creador de la novela Erewhon, bajo dominio público desde hace varios años.
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Fuente: Ars Technica