Cuando la gente de Hasselblad decidió discontinuar a su popular V-System con el retiro definitivo de la cámara 503CW, una buena parte del mundo de la fotografía lo sintió como el fin de una era. Si la memoria no me falla, el V-System permaneció casi 60 años en el mercado, pero todo parece indicar que hará un regreso especial, al menos bajo la etiqueta de concepto. La nueva Hasselblad V1D es, de acuerdo a las palabras del fabricante, una «caja negra» que se puede personalizar de múltiples formas, adaptándose a todas las exigencias del usuario.
Los tiempos cambian incluso para los fabricantes más tradicionales, y la fotografía no ha escapado a este hecho de ningún modo. No son pocos los que creen que el mercado es demasiado lento en responder a las nuevas tendencias, y después están aquellos que ya han declarado «muerta» a la cámara de consumo general. Ese término parece una exageración, aunque surge de una brecha muy amplia entre la fotografía casual, y el hardware «hi-end» destinado a profesionales. Imagino que nadie tiene interés en utilizar una cámara de 10 mil euros para subir fotos a Instagram, teniendo en cuenta la «masacre» que hace ese servicio con la compresión y los efectos… pero el punto es que si alguien lo intenta, descubrirá que no tiene forma de hacerlo. Plataformas, servicios y aplicaciones de fotografía ya apuntan todos sus cañones a los dispositivos móviles, y lo mejor que pueden hacer los clásicos nombres es ganar dinámica y versatilidad. Esas dos palabras aparecen reflejadas en la nueva cámara-concepto de Hasselblad, la V1D.
Clásica, y la vez moderna. La Hasselblad V1D rinde sin duda alguna honores mayores al popular V-System con una estética muy similar, y por supuesto, su capacidad para recibir toda clase de accesorios. Hasselblad decidió subir un escalón más con la modularidad en la V1D, y su objetivo principal, asumiendo que llegue a las tiendas de manera oficial, es atraer la mayor cantidad posible de usuarios a pura personalización. Los aspectos que se pueden modificar de la V1D son tan variados, que un usuario zurdo contará con la posibilidad de desplazar los controles hacia su lado dominante. Una caja negra llena de enormes oportunidades, y cuyo único dato técnico firme parece ser el de la resolución, cargando un sensor de 75 megapíxeles.
Concepto, experimento, estudio de mercado… llámenla del modo que quieran. La Hasselblad V1D se perfila como una cámara lista para enfrentar las exigencias del siglo XXI sin sacrificar ni ignorar la herencia que el fabricante sueco ha sabido defender durante tantas décadas. En estos momentos es imposible hablar sobre disponibilidad o precio, pero si Hasselblad llega a la conclusión de que las condiciones son las adecuadas, vamos a ver más sobre esta cámara, pronto.
