Podemos llevar a cabo actualizaciones en el sistema operativo, instalar la última versión de cada controlador, y mantener al día a todo nuestro software, pero esta práctica no se termina allí. Diferentes componentes en un ordenador son mejorados por los mismos fabricantes, a través de nuevas versiones tanto de BIOS como de firmware. Aunque la regla en esta clase de actualizaciones es no realizarlas si todo funciona bien, la realidad nos enseña que no siempre resulta así. En esta ocasión, mencionaremos a varios de los dispositivos que pueden recibir una actualización de esta clase, y haremos un recordatorio de los cuidados necesarios para no afectar negativamente a tu hardware.
Con un café de por medio, hace algunos días Max me comentó que debió actualizar el firmware de su reproductor mp3 debido a que el dispositivo no ingresaba en modo de espera, y en consecuencia se devoraba la batería en tiempo récord. Sobre una de mis más recientes adquisiciones (una netbook), una de las primeras cosas que hice fue actualizar el BIOS, ya que el fabricante había corregido algunos bugs presentes en la versión anterior. Esta clase de procedimientos son dentro de todo familiares para quienes estamos en contacto casi constante con ordenadores y otros dispositivos electrónicos, pero representan cierto “sector oscuro” para el usuario promedio, que no todos desean visitar a menos que tengan una muy buena razón para ello. Y usualmente es así, no importa si se trata de aplicar un soporte mejorado, corregir bugs, o liberar funciones bloqueadas por el fabricante.
En esencia, un firmware no deja de ser software, pero la diferencia fundamental es que opera a un nivel mucho más bajo del que tienen los programas que usamos cotidianamente. A modo de ejemplo, un mando a distancia contiene un firmware, y sin él no sería más que un montón de plástico, goma y silicio. Probablemente haya muchas cosas en tu hogar que tienen un firmware y que tú ignoras. Como es de esperarse, el fabricante no recomienda actualizar el firmware de un dispositivo a menos que haya un serio problema para corregir, y no son pocos los casos en los que directamente no hacen públicas las actualizaciones. Si te preguntas por qué, la respuesta es sencilla: Hay un riesgo considerable. Cualquier clase de inconveniente o interrupción durante la actualización de un firmware puede tener graves consecuencias. Algunos dispositivos cuentan con un procedimiento de recuperación, pero aquellos que no… podrían terminar siendo inservibles. ¿Aún estás interesado? Entonces, adelante.
Placa base y tarjetas gráficas
Una de las razones más importantes por las que alguien querría actualizar el BIOS de su placa base es para agregar el soporte de nuevos procesadores. Cada fabricante ofrece, además del BIOS en sí, la utilidad que lleva el proceso a cabo. En años previos, la actualización de un BIOS requería un inicio del sistema en el entorno DOS más puro que se pudiera lograr, esto es, sin controladores residentes ni configuraciones adicionales. Ahora, los fabricantes han encontrado la forma de hacer que la actualización de BIOS sea un proceso relativamente seguro, incluso dentro de Windows, pero también está la posibilidad de actualizar incluso desde el interior del “CMOS Setup”. La enorme cantidad de modelos y las diferentes instrucciones establecidas por cada fabricante hacen imposible la existencia de un tutorial universal. Explicar cómo hacer esto en una sola placa base se nos llevaría medio artículo. Sin embargo, necesitas saber en todos los casos el modelo exacto de tu placa base, incluyendo el número de revisión. Esto es muy, muy importante. Si actualizas un BIOS que no corresponde a la revisión de la placa, varias de sus funciones podrían quedar anuladas en el mejor de los casos, y ya debes imaginar cuál es el peor.
Las tarjetas gráficas también tienen su propio BIOS, aunque su actualización es mucho menos frecuente. Entusiastas del overclocking y los mods acostumbran alterar los BIOS de sus tarjetas para obtener mejores velocidades de reloj, y por ende, un mayor rendimiento. Por otro lado, también puede servir para lograr el efecto contrario, o sea, el underclocking. Hace un tiempo Apple tuvo problemas con varios chips Nvidia en sus portátiles Macbook, y entre los parches de software que emitió se encontraba una actualización del BIOS con velocidades de reloj más bajas, logrando así que los chips afectados generaran menos calor y funcionaran de forma más estable. Las actualizaciones de BIOS en tarjetas gráficas suelen ser de muy bajo nivel, y en general se realizan bajo DOS. Además de eso, necesitarás una copia del BIOS (el fabricante no suele entregarlas, pero el programa GPU-Z puede ayudarte si buscas una copia de tu BIOS actual) y la utilidad para realizar el flash.
Unidades ópticas, discos duros y SSD
Muchos de nuestros lectores recordarán aquella vieja restricción de zonas impuestas en las unidades de DVD, y lo rápido que fue eliminada. Parte de la magia fue aportada por versiones alteradas de firmware compatibles con dichas unidades. En algunos casos se anulaba la restricción, o se encontraba la forma de restaurar el contador para tener cambios ilimitados. Hoy en día, una unidad óptica (sea CD, DVD o Blu-ray) puede recibir un firmware para mejorar su compatibilidad con ciertos discos. En el caso de los quemadores, un firmware nuevo puede hacer que ciertos discos en blanco que antes no podías utilizar, funcionen a la perfección. La mejor base de datos en línea para encontrar un firmware compatible con tu unidad sigue siendo por lejos The Firmware Page. Allí encontrarás todo lo que necesitas, y por suerte, en la gran mayoría de las unidades sólo es necesario ejecutar un programa en Windows, aunque recomendamos retirar antes cualquier disco de la unidad. Como siempre, modelo exacto y revisión son necesarios.
La relación entre las actualizaciones de firmware y los discos duros es muy oscura. Los fabricantes ofrecen nuevas versiones en ocasiones muy específicas, e impera la regla del “si no está roto, no lo arregles”. En mis casi dos décadas de exposición a la informática sólo debo haber actualizado el firmware de un disco duro en dos oportunidades, ambas en ordenadores “de marca” con instrucciones precisas y software especializado del fabricante. En cuanto a los SSD, la historia es muy diferente. Con las restricciones mecánicas eliminadas, el rendimiento depende de otros factores, y el firmware es uno de ellos. Si has comprado un SSD, antes de instalar Windows o el sistema operativo que desees, recomendamos que hagas una visita al sitio del fabricante y veas si hay una actualización de firmware para tu unidad. El proceso es mucho menos riesgoso, ya que la idea es conectar al SSD como unidad secundaria temporalmente, y estarías trabajando con ella antes de guardar datos.
Módems y/o routers
Tanto los módems como los routers no sólo tienen un firmware en su interior, sino que también ofrecen al usuario diferentes formas para actualizarlo. De hecho, muchos usuarios han recorrido este camino para liberar dispositivos de las versiones cerradas y bloqueadas que algunos proveedores de Internet suelen instalar. Algunas unidades de aspecto más genérico tal vez no tengan una actualización disponible, pero cuando hablamos de marcas como Cisco (Linksys), Belkin, D-Link o Netgear, es muy probable que existan. El proceso se realiza desde el interior del menú de configuración. Las secciones suelen estar identificadas como “Avanzada”, “Mantenimiento”, o simplemente “Update”, y requieren que se cargue el nuevo firmware de la misma forma en que cargaríamos un archivo adjunto en un correo electrónico. Ahora, la necesidad de conocer el modelo exacto y la versión de hardware es crítica. Tomemos como ejemplo el router WRT54G de Linksys. Solamente dentro de la familia de este router hay 17 revisiones de hardware diferentes, cada una con un firmware y sus actualizaciones, y no estamos contando a las variantes posteriores, que elevan el número de forma significativa. Aún así, actualizar el firmware de un router es recomendable ya que muchos de ellos operan con versiones antiguas y propensas a contener bugs, una de las tantas razones por las que una conexión puede caerse.
Por otro lado, en vez de actualizar el firmware de un módem o un router, lo que se puede hacer es reemplazarlo. Existen proyectos dedicados a ofrecer una solución alternativa, usualmente de código abierto, a un firmware propietario. DD-WRT, Tomato, RouterTech y OpenWRT son apenas cuatro de ellos. Los primeros modelos del WRT54G sirvieron como base experimental para estos reemplazos, pero las limitaciones de marca y modelo se han ido superando con el paso del tiempo. No todos los dispositivos pueden recibir un firmware alternativo (los modelos más modernos de la familia WRT54G, por ejemplo), y el proceso de sustitución puede llegar a ser muy delicado, requiriendo incluso la apertura del módem o el router, y modificaciones sobre su PCB. La lectura de los tutoriales es un paso obligatorio, ya que el reemplazo incorrecto de un firmware puede llevar a un módem o un router convertido en lo que se conoce como “un ladrillo” en la jerga.
Reproductores, cámaras y móviles
Aunque no son componentes de un ordenador, quería realizar una mención especial de estos dispositivos. El ejemplo que mencioné al principio puede ser válido para muchos otros reproductores multimedia. El “sleep” que no funciona, formatos que no son reproducidos, problemas al sincronizar con un ordenador… la lista puede ser muy larga, y aunque poseas un reproductor considerado “genérico”, es probable que encuentres una actualización disponible, siempre y cuando busques lo suficiente en foros y sitios Web. En lo que se refiere a cámaras fotográficas, varios modelos pueden recibir una actualización de firmware, e incluso ejecutar un reemplazo. El proyecto CHDK está dedicado a cámaras Canon, y tiene la ventaja de no realizar cambios permanentes en el hardware. La modificación del firmware es instalada en la tarjeta de memoria, y cargada de forma dinámica.
Hoy en día, los móviles forman un universo propio. Ya no se habla de actualizar un firmware, sino que es más preciso hablar de actualizaciones de sistemas operativos enteros. iOS, Android y Windows Phone 7 son los tres ejemplares más importantes. Otras modificaciones ampliamente conocidas son las que permiten ejecutar código hecho por terceros. El término para los dispositivos iOS es “jailbreaking”, mientras que en Android se lo conoce como “rooting”. Ambos procesos habilitaron modificaciones posteriores, como la liberación del proveedor de telefonía en los móviles Apple, y la instalación del firmware alternativo “CyanogenMod” en unidades Android.
Hasta aquí llegamos por hoy. Los beneficios de actualizar o reemplazar un firmware (o un BIOS en placas base y de vídeo) pueden ser significativos, al igual que los cuidados necesarios para que la actualización llegue a buen puerto. Si esto se hace mal puede arruinar el hardware, y es un hecho comprobado. He visto placas base que quedaron enterradas en la oscuridad de la pantalla del monitor, routers estancados con todas las luces encendidas como árboles de Navidad, y unidades ópticas que no volvieron a leer jamás un solo disco. Toma todos los recaudos que puedas, y no dudaré en recomendar una unidad UPS. Uno de los peores enemigos de la actualización de firmware, es un corte del suministro eléctrico. Sin embargo, es algo que demanda respeto, pero no miedo. Con información, precaución y la inevitable pizca de tiempo, estarás en el camino correcto. ¡Buena suerte!