Mientras que algunas agencias gubernamentales sueñan con granadas nucleares capaces de destruir ciudades pequeñas, los aficionados a los experimentos hogareños nos deleitamos con logros bastante más modestos. Hoy te mostramos cómo hacer un “explosivo”, inofensivo si vas con cuidado, cuyo ingrediente principal es el vinagre.
Los experimentos, por más simples que sean, gustan en NeoTeo. Por eso, hoy te mostramos cómo llevar a cabo un experimento fácil que te convertirá en la persona más popular del barrio, usando solo elementos que seguramente tienes en tu casa. Antes de seguir, tenemos que aclararte dos cosas: En primer lugar, y a pesar de que el poder explosivo de estas granadas de vinagre es muy pequeño, siempre existe el riesgo de que algún químico o trozo de plástico golpee en tu cara. No olvides protegerte convenientemente, y todo saldrá bien. En segundo lugar, las granadas de vinagre son un pésimo sistema para conquistar chicas. Si ese es tu plan, no pierdas el tiempo (ya lo hemos comprobado).
Nuestro objetivo es crear una “granada” que “explote” en el aire luego de lanzarla. El principio de este proyecto es el mismo que hace posible las famosas “bombas de hielo seco”: se comprime gas dentro de un recipiente hasta que la presión supera la resistencia del contenedor y lo rompe (o destapa). En las granadas de vinagre, el gas es dióxido de carbono aportado por una reacción química que se produce entre el vinagre y bicarbonato de sodio. Insistimos: a pesar de que la “explosión” de estas granadas es muy débil, debes ser cuidadoso y evitar que los productos químicos toquen tu cara.
Necesitarás el contenedor plástico de un rollo de película de 35mm, la tapa plástica de alguna botella descartable que tenga aproximadamente el mismo diámetro que el interior del contenedor de película, un poco de vinagre de alcohol y otro poco de bicarbonato de sodio. El primer paso en la construcción de nuestra granada de vinagre consiste en llenar con vinagre el recipiente plástico hasta más o menos la mitad. Luego ponemos una generosa cantidad de bicarbonato dentro de la tapa plástica y la introducimos también dentro del recipiente, de forma que quede “flotando” sobre el vinagre. Hecho esto, ya podemos tapar el contenedor con su tapa.
La granada de vinagre está lista. Podemos efectuar nuestra primera detonación simplemente dando vuelta el contenedor y dejándolo sobre la mesa. En solo un par de segundos (que deberás aprovechar para alejarte lo más que puedas de allí) el bicarbonato se mezclará con el vinagre, se generará una buena cantidad de dióxido de carbono que, finalmente, vencerá la resistencia del tapón. Si todo sale bien, ya puedes ir armado todo nuevamente y probar de lanzarla por el aire. Cuando arrojas el contenedor este seguramente girará sin control, y la reacción tendrá lugar en algún punto de su trayectoria. Divertido, sencillo y barato: ideal para pasar un rato con tus amigos.