Se trata de una herramienta open source que es capaz de determinar las actividades y el comportamiento de una persona a través de su bandeja de entrada.
Un equipo de investigadores del Instituto de la Fuerza Aérea norteamericana, en Ohio, ha desarrollado una herramienta para el análisis del correo electrónico que circula en una compañía. Al examinar lo que la gente escribe, o los temas sobre los que habla, el sistema puede identificar a aquellos empleados que no estén “en un buen día”.
También es capaz de identificar a aquellos que tratan temas sobre la compañía en conversaciones privadas, e identifica a personas en estos grupos como posibles riesgos contra la compañía. De ese modo, añaden, se pueden crear políticas de ayuda a empleados que puedan estar bajo problemas severos debido a alguna adicción, o a problemas matrimoniales, financieros, o de salud.
A manera de prueba para el software, sus creadores introdujeron 250.000 correos electrónicos enviados de manera interna entre empleados de la compañía de energía Enron (uno de los casos más importantes de corrupción y manejos turbios de la historia de EEUU) y el sistema, basándose en sus características y sin ayuda externa de ningún tipo, identificó a Sherron Watkins, junto a dos personas más, como un potencial riesgo contra la compañía. Justamente Watkins fue quien inició el escándalo al denunciar a la compañía y aportar datos sobre ella.
El desarrollo de este grupo de investigadores hace uno de un algoritmo open source de data mining desarrollado por la Universidad de California, capaz de obtener información a través del análisis de textos, como así también los temas sobre los que una charla trata, o cual de los interlocutores es quien tiene más interés en tocar un tema, o es quien lleva la charla.
De este modo, inclusive es fácil identificar si una persona está “presionando” a otra. A diferencia de otras aplicaciones similares, como IDOL, desarrollado en Inglaterra, el software creado en EEUU será open source, por lo que las compañías podrán adaptarlo a conveniencia. Desde luego, las connotaciones de un software como este son importantes, y no faltarán quienes acusen a estas iniciativas de invasivas a la privacidad de la gente.
En EEUU aplicaciones como estas son totalmente legales, pero no en Europa, donde los empleados solo pueden ser observados si están bajo sospecha de fraude. Aunque el fin de los creadores de esta aplicación sea el de ayudar a los empleados, un mal uso de esta puede permitir que las compañías monitoreen todo lo que un empleado escribe o dice, algo que sería grave desde el punto de vista legal o ético, además de constituir una presión muy difícil de soportar para muchos.