Después de una enorme cobertura periodística, cuentas limitadas e invitaciones que se vendían por eBay a cientos de dólares, Google Wave fue liberado a todos los usuarios en mayo pasado. Esta herramienta que combinaba de forma única correo electrónico, chat en tiempo real y funciones colaborativas mostró avances tecnológicos muy interesantes, pero desde su temprano comienzo tenía un problema importante: Nadie tenía la menor idea de cómo se podía usar. De acuerdo a las propias palabras de Google, la recepción de Wave ha estado muy por debajo de lo que habían esperado, y han decidido suspender todo el desarrollo relacionado con el servicio. El sitio principal estará en línea hasta fin de año, y varias de las tecnologías involucradas ya están disponibles en código abierto, pero en lo que se refiere a Google Wave, la onda terminó.
Recuerdo ciertos días en los que Twitter había explotado con gente suplicando una invitación de Google Wave. Después aparecieron en eBay subastas en las que algunos usuarios vendían invitaciones a precios que realmente desafiaban la cordura. Los internautas se estaban sacando los ojos entre sí por obtener una de las cien mil invitaciones que Google había lanzado para acceder a Wave. Y a pesar de todo esto, creo que es posible definir gran parte de la vida de Google Wave a través de mi propia experiencia con el servicio: Entré, estuve allí aproximadamente unos ocho minutos, y salí. Honestamente, no encontré nada de utilidad en su interior. Mis necesidades principales ya estaban cubiertas por otros servicios (Gmail, Docs), y a pesar de que algunas de las tecnologías utilizadas en Wave eran muy avanzadas, poco podían hacer para guiar al usuario hacia una utilización práctica del servicio. En otras palabras, nadie sabía para qué usarlo, y yo me sentí parte de ese rebaño.
La gente de Google ha reconocido la pobre recepción que ha tenido Wave entre los usuarios, y ha decidido terminar el proyecto como servicio independiente. Google Wave se mantendrá activo hasta fin de año, y es muy probable que algunas de sus funciones sean exportadas hacia otros servicios. Los componentes centrales del código y algunos de los protocolos utilizados en Wave ya están disponibles en código abierto, lo que podría representar un foco de interés atractivo para aquellos desarrolladores que quieran tomar cosas específicas de Wave y utilizarlas en sus propias creaciones. Incluso Eric Schmidt, CEO de Google, realizó algunas declaraciones muy interesantes sobre la cancelación de Wave. Mencionó que en Google "celebran los fracasos", ya que Google es una empresa en la que es completamente correcto intentar algo que sea muy duro de lograr, no tener éxito en ello, tomar todo lo aprendido en el proceso y aplicarlo en otras ideas o proyectos.
Básicamente, esta ha sido la historia de Wave. Google lo lanzó y no llegó al objetivo planeado, pero han quedado cosas muy interesantes, entre las que podemos destacar el chat en tiempo real. Sin embargo, se plantean varias cuestiones. Tomando las propias palabras de Schmidt, Google tiende a no promocionar demasiado sus productos, mantener largos períodos de fase beta, y reaccionar de acuerdo a la recepción por parte de los usuarios. Ha servido para Gmail, ha servido para Docs, pero sin lugar a dudas fue una de las causas principales de la situación terminal de Google Wave, y ya se está hablando mucho sobre un destino parecido para Buzz, otro servicio que fue duramente criticado tanto por los usuarios como por la prensa especializada. Tal vez algún ajuste en las políticas internas de Google sea necesario, y aunque es admirable que reconozcan sus errores, lo cierto es que no pueden acostumbrarse a tener demasiados de esos. Ahora sólo queda por ver cómo implementará Google las funciones heredadas de Wave en otros servicios. Hasta siempre, Google Wave.