El Proyecto Loon de Google para llevar Internet a regiones que carecen de infraestructura sorprendió a más de uno, pero el gigante de Mountain View estaría dispuesto a complementar esa solución atmosférica con una plataforma satelital tradicional. Las unidades serían pequeñas pero numerosas, y la inversión inicial estaría superando los mil millones de dólares.
La demanda de acceso a Internet continúa su ascenso ininterrumpido. El número de dispositivos móviles aumenta, y cada uno de ellos requiere un enlace con una velocidad razonable, ya sea para visualizar contenido, o adquirirlo. El concepto del “cliente no atendido” se ha convertido en una pesadilla entre las compañías, y algunas de ellas parecen estar dispuestas a tomar decisiones que rompen el molde, con el objetivo de reducir los tiempos de espera y ampliar su base de usuarios. Ese es el caso de Google. Todos hemos visto a los globos del Proyecto Loon, una idea un poco loca en la superficie, pero con más fundamento del que aparenta. Claro que, aún con la ayuda de los globos, la cobertura de Loon no es la ideal, y para compensar, la ruta de Mountain View sería un poco más convencional: Colocar satélites en órbita.
De acuerdo a los datos publicados por el Wall Street Journal, el número de satélites asciende a 180, con la posibilidad de duplicar la cantidad de unidades si la iniciativa tiene éxito. Físicamente, los satélites serían pequeños, lo cual debería ayudar en su despliegue, pero con una alta capacidad integrada. Si bien ningún portavoz de Google confirmó de forma directa la noticia, las últimas contrataciones de la compañía, enfocadas sobre ingenieros con una amplia experiencia en el campo aeroespacial, nos dan un claro indicio de que alguien en Mountain View está mirando hacia arriba y pensando en satélites. La red aún debe ser diseñada, y dependiendo del producto final, la inversión definitiva estaría ubicada entre los mil y los tres mil millones de dólares.
Un aspecto para estudiar de cerca es la diferencia de opiniones entre los expertos. Por un lado, tenemos consultores que hablan de un costo general de 600 millones de dólares solamente para lanzar a esos 180 satélites, mientras que Roger Rusch, presidente de la firma TelAstra, indica que el costo podría dispararse hasta los 20 mil millones de dólares. Un ejemplo histórico de costos fuera de control en el despliegue de satélites es Iridium, que en agosto de 1999 se declaró en bancarrota, apenas nueve meses después de haber salido al mercado. En lo personal, no tengo dudas de que Google cuenta con el margen financiero suficiente como para explorar esta iniciativa sin riesgos, y de funcionar, alcanzará una posición de privilegio frente a otros competidores directos, como es Facebook con sus drones.
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