Buena parte del mundo sigue paralizada por COVID-19. El número de infectados continúa en ascenso, y cada región trata de establecer (sin demasiado éxito) cuándo llegará al pico de la curva. A eso se suma otra dificultad, que es medir la eficacia de la cuarentena. Si bien siempre habrá gente que no escucha razones, la necesidad de datos firmes es gigantesca, y ahí es cuando interviene Google con sus «reportes de movilidad», basados en su ¿controvertido? sistema de rastreo de ubicación.
La falta de herramientas robustas ha sido uno de los principales puntos débiles en nuestra lucha contra COVID-19, casi tanto como las máscaras y los reactivos. La activación de cuarentenas y los reiterados pedidos para un mayor aislamiento social provocaron que la Comisión Europea comience a negociar con los proveedores de telecomunicaciones la entrega de datos de ubicación anonimizados. El objetivo es analizar patrones de movimiento, la efectividad de las medidas de contención, y la intensidad de los contactos que aún se mantienen, en un intento por identificar los riesgos directos.
La gente de Mountain View parece haber reconocido esta necesidad, y hoy anunció la publicación de reportes de movilidad enfocados en espacios específicos como mercados, tiendas, farmacias, parques, estaciones, oficinas, y por supuesto, hogares. Google indica que ciertas regiones quedarán fuera de los informes por no poseer niveles estadísticamente significativos de datos, pero los números presentan la misma tendencia en casi todos los casos.
Por ejemplo, el reporte para España registra una caída en la movilidad del 94 por ciento en retail y esparcimiento, 76 por ciento en mercados y farmacias, 89 por ciento en parques, 88 por ciento en estaciones, y 64 por ciento en espacios de trabajo, mientras que los entornos residenciales presentan un aumento del 22 por ciento. La última ronda de reportes fue actualizada el 2 de abril, pero los datos propiamente dichos son de 48-72 horas antes.
Ahora, la pregunta del millón: ¿Cómo está procesando todos estos datos Google? El anuncio oficial explica que la compañía utiliza «los mismos métodos de anonimización» que aplica en sus productos diariamente. Los reportes se basan en el concepto de privacidad diferencial, que agrega ruido artificial a sus paquetes de datos, manteniendo su calidad y protegiendo la identidad del público a la vez. Google también recuerda que todo esto depende de la función «Historial de Ubicación», la cual se supone está desactivada de fábrica.
Lógicamente, las críticas no tardaron en llegar. Por un lado, existe la posibilidad de que los datos de Mountain View no sean tan precisos, y por el otro, acusan a la compañía de montar una campaña publicitaria. De un modo u otro, los documentos están allí (por tiempo limitado), y si estás interesado, no dudes en descargar una copia.
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