Solo algunos meses después del anuncio de sus planes para participar en la generación de energía eléctrica a partir del sol, Google ha invertido más de 10 millones de dólares en EGS. Se trata de un sistema para obtener electricidad a partir del calor que existe en el interior de nuestro planeta. Este calor es utilizado para obtener vapor que hace mover turbinas generadoras de electricidad.
Cuando Google decidió poner algunas "fichas" (léase "millones de dólares") en la empresa Nanosolar, un fabricante de paneles solares económicos, quedó claro que el compromiso de la gigantesca empresa tecnológica (nacida como un "simple" buscador de Internet) con la generación de energía limpia y económica no eran solo palabras (eran varios millones de dólares).
En ese entonces, Google apostaba a la creación de sistemas de generación de energía eléctrica a partir de las radiaciones solares, con un costo por Vatio menor al que tiene la generación de electricidad a partir de la quema de combustibles fósiles (carbón particularmente). Ahora, Google ha invertido 10 millones de dólares en la tecnología de los Sistemas Geotérmicos Mejorados (Enhanced Geothermal Systems, o EGS). La principal características de estos sistemas es que basan su funcionamiento en el calor natural del interior del planeta.
La energía solar está en boca de todo el mundo y sus propiedades y forma de aprovechamiento no tiene ningún misterio para los lectores de NeoTeo. Sin embargo, la energía geotérmica es un tema completamente diferente. Y, de hecho, es posible encontrar en casi todas las ciudades del mundo alguna casa dotada de paneles solares. Pero resulta muy difícil para la mayoría de nosotros descubrir una central geotérmica. Entonces, ¿por qué Google apuesta a una forma de generación de electricidad tan poco frecuente?
En general, los sistemas geotérmicos tradicionales aprovechan el calor de la Tierra, simplemente recogiendo el vapor que se forma en las profundidades de nuestro planeta, cuando bolsas de agua entran en ebullición debido al calor existente a la profundidad en que se encuentran. Recordemos que a medida que descendemos hacia el interior de nuestro planeta, la temperatura va en aumento. A suficiente profundidad, el agua se transforma en vapor. Este vapor puede manifestarse en forma de géiseres naturales o, mediante las instalaciones adecuadas, ser aprovechado para la generación de electricidad.
Pero Google no va a quedarse esperando a que el vapor surja de la tierra de forma natural e impredecible. Lo que hace EGS es inyectar agua a alta presión en el subsuelo, a través de pozos, para que llegue a las zonas de fractura donde la temperatura de las rocas es muy elevada. Allí, el agua se convierte en vapor que vuelve a la superficie por otros conductos, donde activa las turbinas.
Muchos se preguntarán si utilizar agua de esta forma no es antiecológico. En principio, y si se hacen los estudios correspondientes sobre los minerales que puedan encontrarse en las profundidades, no habría problemas en beber el agua que retorna en forma de vapor. De hecho, el agua de manantial también surge de profundidades semejantes. Por supuesto, Google debería asumir un compromiso de que no se contamine la cada vez más escasa agua potable de nuestro planeta.
El agua en forma de vapor que proviene del subsuelo simplemente se condensa una vez que el vapor se enfría y se vuelve a utilizar. De alguna manera, un reactor nuclear también genera electricidad de esta manera, pero EGS emplea el calor natural de la Tierra donde una central nuclear utilizar peligrosos materiales radioactivos.
A través de la su fundación Google.org, la empresa ha realizado una inversión multimillonaria en dos firmas especializadas en tecnologías EGS: AltaRock Energy (de California), con 6.25 millones de dólares y Potter Drilling (de California), a la que han girado otros 4 millones. Google también ha aportado fondos para el Laboratorio Geotérmico de la Southern Methodist University (de Texas), que seguramente utilizará el casi medio millón de dólares inyectado por Google para elaborar un mapa de los lugares de América del Norte que resulte geológicamente apropiados para ser explotados geotérmicamente.
Deberías fijarte si tu casa no se encuentra sobre uno de estos lugares “geotérmicamente interesantes”. Si Google se sale con la suya, puede que el día de mañana estar sobre uno de estos sitios privilegiados, sea lo mismo que vivir sobre un pozo petrolero.