Google realizó un lanzamiento particularmente blando para su chatbot Bard en marzo. El acceso era muy limitado, y muchas regiones quedaron al margen de los primeros experimentos. Pero todo eso es cosa del pasado: En las últimas horas, el gigante de Mountain View confirmó la expansión de Bard a buena parte del continente europeo y Brasil, por lo tanto, ya podemos probarlo sin dificultades.
Después de haber tomado por asalto a la Web y destruido cada récord en su camino, ChatGPT experimentó la primera pérdida de usuarios desde su lanzamiento en noviembre de 2022. En el fondo, nadie está sorprendido: Todo hype pierde potencia tarde o temprano, y los usuarios ya conocen muy bien las limitaciones del chatbot.
A eso se suma la aparición de muchos competidores, y uno de ellos es Google Bard. Después de una larga espera, el chatbot de Mountain View está listo para un acceso más amplio, y aunque la etiqueta de beta no se fue a ninguna parte, lo cierto es que ya posee algunas ventajas muy importantes, que lo colocan un escalón por arriba de ChatGPT.
Cómo probar a Google Bard, el chatbot de Mountain View
Más sencillo, imposible: Ve a la página oficial de Google Bard, ingresa con tu cuenta de Google, acepta las condiciones (atención a esto), y comienza a chatear. En lo personal, recomiendo estudiar de cerca sus términos de uso: Google indica que puede almacenar varios aspectos de nuestra actividad en Bard, por un promedio de 18 meses (deberás entrar aquí para reducirlo a 90 días). En otras palabras, no esperes sesiones privadas en Bard. El Gran Hermano te vigila.
Mountain View ha indicado que Google Bard puede hablar en español, pero esto no se extiende a todas sus funciones (por ejemplo, si quieres que Bard describa una foto, recibirás la respuesta en inglés). Aún así, la posibilidad de trabajar con imágenes e incluir enlaces directos como fuentes convierte a Google Bard en una herramienta mucho más completa. A eso se suma el acceso a Internet, y la disponibilidad de información actualizada (algo esencial en deportes y espectáculos).
Pero Google Bard no es perfecto ni mucho menos. Los momentos de delirio están a la vuelta de la esquina (por ejemplo, conjuró un nuevo diseñador para la Volksempfänger que después no pudo confirmar), y también he notado detalles de rendimiento: Google Bard es más lento que ChatGPT al ofrecer respuestas, aunque imagino que eso será corregido con el paso del tiempo.
El resto será cuestión de comprobar si Bard soporta o no el fuego de los usuarios. En la superficie, el chatbot tiene aspectos positivos que transforman a ChatGPT en una pieza de museo, pero el camino es muy largo, y sabemos bien que los compromisos a largo plazo no son el punto más fuerte de Google…
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