Está claro que el desarrollo principal de Google se centra en la búsqueda y la publicidad por Internet, pero también se sabe desde hace un buen tiempo que participa en proyectos no tan vinculados a la red de redes. Energías renovables y desarrollo sustentable son apenas dos puntos de interés entre los tantos que se encuentran en el espectro del gigante de Mountain View, pero en esta ocasión, la vinculación de Google con la empresa Adimab permitirá que el proceso de creación de anticuerpos para el desarrollo de drogas selectivas se realice mucho más rápido, gracias a la contribución de un enorme poder de procesamiento computacional.
El desarrollo de drogas más efectivas y precisas a la hora de combatir una enfermedad es uno de las actividades más importantes vinculadas a la medicina moderna. Los beneficios son obvios: Atacar a células malignas mientras que se ignora al tejido sano es un proceso que incrementa de forma significativa las posibilidades de curación en un paciente. Lamentablemente, este tipo de desarrollo demanda una enorme cantidad de recursos, de allí la lentitud en la obtención de resultados y del elevado costo de algunas drogas. Adimab es una empresa creada por Tillman Gerngross, profesor de Bioingeniería en la Universidad de Dartmouth y actual CEO de la misma. En Adimab se ha creado una plataforma de descubrimiento y optimización de anticuerpos basada en levadura (la que se usa para el pan no es la única levadura). Este modelo le permite a Adimab obtener resultados en apenas ocho semanas, cuando otros laboratorios de biotecnología deben esperar entre seis y dieciocho meses para lograr el mismo objetivo.
Sin embargo, con el masivo aporte de poder computacional de Google, los tiempos podrían reducirse aún más. Toda esta capacidad permitiría la construcción de un modelo que además de mostrar la forma en la que un anticuerpo se acopla a un objetivo tridimensional, también sería capaz de simular la muerte celular o la reacción del sistema inmunológico. Las empresas farmacéuticas podrían contar con resultados más rápidos sobre una mayor cantidad de anticuerpos, para evaluar cuáles cuentan con mayores probabilidades de convertirse en un producto final, un proceso que demanda años de pruebas y millones de dólares. De acuerdo a las palabras de Gerngross, los recuros que Google está entregando para este proyecto son "increíbles", pero no se conocen detalles técnicos ni económicos sobre esos recursos.
La llegada de Google no será una solución mágica, ya que los anticuerpos a evaluar son muchos, y los tiempos de desarrollo que necesitan las farmacéuticas son muy amplios, pero al menos se lograría vencer la gigante barrera matemática que representa el crear un modelo computacional capaz de acelerar estos procesos, siempre y cuando el compromiso entre Google y Adimab termine por materializarse. Según las mismas palabras de Gerngross, aún no está seguro de cuándo se podrá ver en acción a este nuevo proceso de desarrollo, pero confía en que se encuentran en camino, y en que será "muy poderoso".