Recientemente Goodyear y la NASA anunciaron un proyecto conjunto para el desarrollo de unas ruedas no neumáticas especiales que podría ser utilizado por los vehículos en la Luna, y potencialmente, en Marte.
La premisa básica en el diseño de objetos que van a ser utilizados en el espacio es que casi nada de los que damos por sentado en la Tierra sirve en un entorno de gravedad cero. Todo lo que sea necesario emplear en el espacio tiene que ser rediseñado.
Esta no es la primera vez que Goodyear colabora con la NASA para desarrollar los neumáticos especiales para la Luna. Pasó más de 10 años desarrollando unas ruedas basadas en una malla de cuerdas de piano que se utilizaron en el Apollo Lunar Roving Vehicle en la década de 1960. Sin embargo, el nuevo vehículo llamado Chariot que podemos ver en las fotos ha obligado a rediseñar sus ruedas. Podrá cargar 10 veces más peso y recorrer distancias 100 veces más largas que su predecesor. Sus ruedas deberán ser más fuertes, a la vez que resisten el vacio, el frio y el roce contra las rocas lunares o marcianas.
Los diseñadores han realizado ya miles de pruebas en los centros de investigación de Goodyear y de la NASA, intentando determinar cuáles son los puntos débiles de las nuevas ruedas. Esperan poder presentar en público a Chariot y sus “neumáticos” especiales dentro de un año, en el Centro Espacial Johnson en Texas. Los resultados de esta investigación podrían ser aplicados en el desarrollo de nuevos neumáticos nuevos para su uso aquí en la Tierra.
Si bien un año para desarrollar y demostrar algo tan novedoso como una rueda para un coche lunar parece poco tiempo, el grupo de ingenieros de Goodyear responsables de este proyecto creen que pueden cumplir con los plazos. En la primera etapa, se construirán 12 neumáticos que serán ensayados una y otra vez hasta que fallen, para comprobar cómo se comportarían en su destino final.