Tanto la voz como el vídeo son dos factores críticos para la telepresencia, y la tecnología actual nos puede ayudar en gran medida para aplicarla de forma eficiente, pero si hay algo que se impone como un gran desafío, es la capacidad de movimiento y desplazamiento. Existen diferentes sistemas que pueden mitigar esta limitación, pero estos nuevos globos desarrollados por los Laboratorios de Ciencias de la Computación de Sony, podrían eliminarlo por completo.
Invocar a “Gran Hermano” cada vez que hablamos de vigilancia o telepresencia cae por completo en la categoría de cliché, aunque aquellos que hayan visto la película y leído el libro entero conocen mejor la dimensión de esta comparación. La cara del Gran Hermano era imponente y omnipresente en cada pantalla. Ahora, imagina que el rostro de tu jefe, ubicado a mil kilómetros de distancia de ti, aparece por encima de tu hombro en la forma de un globo. La idea es escalofriante, pero bien podría convertirse en el futuro de la telepresencia, gracias a este nuevo desarrollo que la gente de los Sony Computer Science Laboratories ha llevado a cabo.
En el pasado hemos visto múltiples ejemplos de avatares robóticos y sistemas orientados a la telepresencia, sin embargo, por más avanzados que puedan ser, la ausencia de un “factor humano” más tangible, hace que la interacción sea mucho más difícil de realizar. Los globos con helio pueden proyectar sobre su superficie las caras de aquellos que están detrás de la cámara. Están equipados con un parlante, y pequeños propulsores que le dan una capacidad de desplazamiento muy superior a lo que hemos visto. Mucho robots de telepresencia no pueden enfrentar a algo relativamente sencillo como un escalera, o tienen inconvenientes al operar en oficinas especialmente pobladas y abarrotadas.
La primera impresión del “dirigible telepresente” es bastante rara, pero es el potencial de dicha tecnología lo que llama la atención. Consultas médicas remotas, dictado de clases, y cualquier otra clase de recepción de instrucciones que pueda ser llevada adelante vía telepresencia, podría utilizar a estos globos como un medio más elaborado de comunicación. Claro que, su durabilidad depende exclusivamente de qué tanta malicia pueda tener un empleado. Si existen casos de robots dedicados a la enseñanza que terminaron despedazados a manos de pequeños de parvulario, la idea de una cerbatana improvisada para “derribar el globo” no parece tan descabellada…