Geometric Death Frequency—141

Federico Díaz es un desconocido para casi toda la web, sin embargo, hace poco se dio a conocer gran parte de su trabajo para crear una escultura verdaderamente fascinante. El nombre de la obra es Geometric Death Frequency-141 (Frecuencia Geométrica de la Muerte 141) y aunque fue construida en su totalidad por una máquina, Díaz estuvo involucrado en todos los pasos del proceso, diseñándola y desarrollando el software necesario para su construcción. El resultado final es un verdadero espectáculo.

El 23 de octubre comenzará una exposición donde se podrá ver una escultura compuesta por  420,000 bolas negras, creada por un robot y diseñada por Federico Díaz. La escultura, llamada Geometric Death Frequency-141 (Frecuencia Geométrica de la Muerte 141) representa un líquido salpicando dentro de un cubo invisible de 6 por 15 metros de diámetro.

Por lo visto en las imágenes disponibles, se trata de un verdadero espectáculo y fue diseñado utilizando un software 3D creado por Federico Díaz para el Museo de Arte Contemporáneo de Massachusetts en North Adams. Sin embargo, la producción no fue para nada simple, ya que debió programar el software de diseño asistido por computadora (CAD) utilizando físicas de partículas para simular el comportamiento del líquido.

Una vez que consiguió la imagen congelada que buscaba, desarrolló un segundo software de fabricación 3D que transportaba los píxeles esféricos a un espacio real. Y no solo eso, sino que para lograrlo también tuvo que crear su propio equipo de impresión 3D, cubriendo todas las necesidades, como dos brazos y dos expendedoras de pegamento. De esta manera, la máquina utilizó 420,000 bolas negras para crearla y cuando se devele el 23 de octubre, la ubicarán en el patio del museo.

Lo curioso es que Federico Díaz es un desconocido para la web, ya que no tiene ningún tipo de información en muchos de sus perfiles, sin embargo, se nota que sabe mucho de lo que hace y ahora podemos disfrutar de esta escultura creada por sus propias manos. Figurativamente por supuesto, porque aunque la máquina creó la escultura sin ninguna interacción humana, Díaz estuvo involucrado en absolutamente todas las etapas de construcción y lo ha hecho con un desempeño y habilidad increíble. Sea quien sea, esperamos ver más de él en el futuro.