¿Genoma a 25 euros?

El abaratamiento exponencial de las nuevas tecnologías alcanza también al ámbito médico. Una empresa estadounidense promete que rebajará los precios para hacerse un mapa genético hasta límites que hoy nos parecen imposibles. Hasta ahora, pagar unos miles de dólares por un servicio de esta categoría era lo más barato que se podía encontrar, sin embargo, en poco tiempo cualquier persona conseguirá saber su mapa genético aunque no tenga mucho dinero en su cuenta. Por el coste de una cena en un restaurante, tendrás la posibilidad de saber muchas cosas sobre tu propio cuerpo que desconoces.

Hace apenas 5 años, conseguir un mapa genómico de un ser humano costaba entre 20.000 y 50.000 euros, cifra desaforada para cualquier persona que no se llame Bill Gates. Sin embargo, gracias al constante abaratamiento de las nuevas tecnologías, el precio se ha ido reduciendo de manera exponencial hasta lograr cifras bastante más contenidas. El horizonte de los 200 euros, meta impuesta por las empresas del sector para lograr unos precios competitivos se habría visto pulverizada por lo que prometen los fundadores de la empresa GnuBio, que pretende comercializar genomas humanos al módico precio de 25 euros.

Dave Weitz, físico de la Universidad de Harvard, le ha visto posibilidades a los avances que vienen desarrollando sobre los nuevos métodos de obtención de mapas genéticos, creó en el año 2004 una forma nueva de generar gotas de agua de tamaño micrométrico. Estas pequeñas gotas de apenas unos picolitros, actúan como tubos de ensayo. Las gotas pueden moverse con precisión en un chip de microfluidos, inyectadas con sustancias químicas y ordenadas en base al color. Esta tecnología de gotas la usarán para amplificar regiones seleccionadas de ADN. Puesto que las gotas son tan pequeñas, requieren cantidades mucho menores de los productos químicos utilizados en la reacción de secuenciación que las tecnologías actuales.

Estos reactivos constituyen el mayor coste dentro de la secuenciación, y la mayoría de las estimaciones de costes a la hora de secuenciar un genoma humano con una tecnología en particular se calculan usando el coste de los productos químicos. Basándose únicamente en los reactivos, Weitz estima que serán capaces de secuenciar un genoma humano 30 veces por 25 euros.

Con el método de Weitz, las gotas son inyectadas con tiras cortas de ADN de una secuencia conocida, y dichas tiras se etiquetan con un código de barras óptico. También se inyectan en las gotas piezas de la muestra con una secuencia desconocida. Si la muestra posee un tramo de secuencia complementaria a la tira conocida, las dos piezas se unen, lo que provoca un cambio de color. Al repetir todo esto 1.000 veces con 1.000 tiras conocidas diferentes se puede generar una secuencia de 1.000 letras de ADN. Tanto el código de barras óptico como el cambio de color se detectan usando un microscopio y una cámara con software de detección automática. Weitz afirma que pueden producir y procesar un millón de gotas por segundo.

El aparato cuesta unos 40.000 euros, cifra muy inferior a la que ofrecen los sistemas actuales. De todos modos, le está costando encontrar inversores para consolidar esta nueva empresa y desarrollar la tecnología hasta el final. Por ahora, sólo han llevado a cabo algunos pasos del proceso, pero a poco que consigan capital de riesgo, terminarán por concluir esta nueva técnica basada en gotas de agua microscópica.

Los mayores obstáculos serán la integración de las distintas etapas de la secuenciación, como la preparación de muestras, y la creación de un software bueno y fácil de usar. A diferencia de su competidor, Complete Genomics, que ofrece la secuenciación como un servicio y, por lo tanto, depende de expertos para hacer el trabajo, GnuBio tiene planes para vender máquinas.

A ver si consiguen los fondos y vemos pronto esos prometidos genomas a la irrisoria cifra de 25 euros. Por lo pronto, otro grupo de investigadores de una universidad australiana, ya ha conseguido unas tiras reactivas que determinan el tipo de sangre que tienes sólo por 10 centavos. Increíble cómo se abaratan los costos de las nuevas tecnologías.