Tres equipos se llevaron el premio de este año del Automotive X Prize, un certamen que busca el coche que más rápidamente recorra cien millas (unos 160 kilómetros) con un galón (unos 4 litros) de combustible. Los 10 millones de dólares en premios se dividirán entre los equipos de Virginia, Carolina del Norte y Winterthur (Suiza). El concurso comenzó en 2007, y participaron coches impulsados por motores de combustión interna y eléctricos.
¿Que se puede hacer para incentivar a los ingenios y entusiastas de todo el mundo para que busquen la forma de lograr un coche más eficiente? La respuesta es el Automotive X Prize, un concurso que reparte millones de dólares en premios entre aquellos que tengan los conocimientos y la pericia necesaria para construir un coche capaz de recorrer 100 millas -unos 160 kilómetros- utilizando el equivalente de un galón -aproximadamente 4 litros- de combustible. Este tipo de desafío suele atraer a las personas indicadas, y siempre surgen ideas o diseños que pueden aprovecharse para mejorar el rendimiento de los vehículos en general. El Automotive X Prize comenzó en 2007, cuando 136 coches pertenecientes a 111 equipos se inscribieron para disputarse los 10 millones de dólares en premios.
La última edición se realizó hace unos idas, y acaban de conocerse los ganadores. Son tres coches -dos de ellos equipados con motores eléctricos y el restante impulsado por un motor de combustión interna– pertenecientes a equipos de Virginia, Carolina del Norte (ambos de Estados Unidos) y de Winterthur (Suiza). Oliver Kuttner, fundador y director ejecutivo de Edison2, de Virginia, desarrolladores del “Very Light Car” que se convirtió en el máximo ganador y se adueñó de 5 millones de dólares, explicó que “cuando se compite en una carrera de fondo, hay que tener muy en claro que se quiere lograr y tener en mente el tiempo que se dispone para hacerlo”. Kuttner y su equipo tienen mucha experiencia en este tipo de competencia, ya que han participado en carreras tan importantes como las 24 Horas de Daytona y las 500 millas de Indianápolis. El coche fabricado por Edison2 utilizó un muy eficiente motor de combustión interna.
El coche posee una distancia entre ejes de 2.54 metros, un chasis construido con tubos de acero soldados entre si y una carrocería que se asemeja a la de un pequeño helicóptero. Todo el conjunto pesa unos 400 kilogramos y se impulsa mediante un motor de un solo cilindro -proveniente de una motocicleta- que quema una mezcla de 85 por ciento etanol y 15 por ciento de gasolina. La planta motriz es capaz de proporcionar unos 40 caballos de fuerza.
El segundo puesto, premiado con 2.5 millones de dólares, fue para un coche eléctrico. Impulsado por un motor que obtiene su energía de una bateria de iones de litio, el Wave II (o “Segunda Ola”) fue desarrollado por Li-Ion Motors, una empresa de Mooresville, en Carolina del Norte. El tercer puesto también fue para un coche eléctrico, esta vez proveniente del otro lado del Atlántico. Se trata del E-Tracer, un vehiculo de dos ruedas parecido a las motocicletas de Tron, que fue puesto a punto por los ingenieros de X-Tracer, una empresa de Winterthur (Suiza).
Estos premios son entregados por la X Prize Foundation de Playa Vista (California), la misma fundación que patrocina los Ansari Space X Prize (que en 2004 ganó el SpaceShipOne), el Google Lunar X Prize, el Archon Genomics X Prize y el Wendy Schmidt Oil Cleanup X Challenge. Todos estos premios persigue un mismo objetivo: incentivar a la industria privada para que haga el mejor esfuerzo posible por solucionar problemas de ingeniería que por uno u otro motivo mantienen estancada a la tecnología del sector. El Ansari Space X Prize, por ejemplo, ha ayudado que una empresa privada desarrolle un vehículo capaz de realizar viajes al espacio. Quizás pasen años antes que un equipo pueda decir “nosotros ganamos el Google Lunar X Prize cundo pusimos nuestro robot sobre la Luna”, pero todos los intentos que se realicen hasta conseguir semejante hazaña sin dudas servirán para impulsar el desarrollo de varias tecnologías.
Los 10 millones de dólares -unos 8 millones de euros- que se reparten en premios representan un costo pequeño cuando se lo compara con los adelantos que estos entusiastas producen cada año al participar de cualquiera de las ediciones de los “X Prize”. El objetivo último del Automotive X Prize es conseguir un coche súper eficiente que puede ser fabricado en grandes cantidades . Peter Diamandis, presidente de la Fundación X Prize y director ejecutivo de la misma lo resume en una sola frase: “Queremos incentivar a los soñadores para que se animen a proponer sus ideas”. Nada mal, ¿verdad?