Los juegos se encuentran entre las aplicaciones más demandantes en materia de hardware. Existen múltiples vías de optimización que sus desarrolladores pueden aplicar, pero cuando el jugador tiene al título frente a sus ojos, todo se reduce a rendimiento puro y duro. Por supuesto, se pueden ajustar varios parámetros para hacer de Windows un sistema más cooperativo cuando se ejecuta un juego. Game Fire ofrece una forma automática para reducir recursos y detener servicios innecesarios, y aunque en la teoría suena bien, en la práctica las cosas son diferentes.
Windows se ha convertido en el sistema operativo por excelencia para ejecutar juegos (aunque eso podría cambiar), y de allí surge la importancia de mantenerlo limpio y optimizado. Quitar temporales, limpiar el Registro, desactivar servicios y actualizar controladores ayudan a crear una instalación compacta, eficiente, y por lo tanto, veloz. Por supuesto, el hardware cumple un papel fundamental. Podemos empujar a Windows todo lo que queramos, pero si falta memoria física o contamos con un procesador humilde, estamos enfrentando otra clase de límites. Este es uno de los motivos por los cuales hay que tener cuidado con algunas aplicaciones que prometen mejoras milagrosas en el rendimiento de los juegos. La clave está en mantener en equilibrio el complejo combo de hardware, sistema operativo, mantenimiento y optimización.
Sin embargo, de vez en cuando nos topamos con aplicaciones como Game Fire, que invocan una especie de "Modo Gamer" para aumentar el rendimiento en los juegos. En realidad, esto se reduce a desactivar servicios innecesarios de forma automática, e invocarlos de regreso una vez que se desactiva dicho modo. Pero Game Fire también ofrece otras opciones, como desactivar funciones específicas del sistema operativo. Algunas de ellas pueden tener consecuencias muy graves, ya que no encontramos para nada saludable la opción de configurar la desactivación del firewall de Windows. Concedido: No es necesario para jugar, pero al malware no le interesa si estamos viendo las noticias en Internet o si estamos en plena sesión de World of Warcraft. Por último, Game Fire ofrece uno de los placebos más grandes en la optimización de sistemas: La desfragmentación de memoria. Una cosa es forzar a los procesos activos a regresar la memoria no utilizada, tal y como lo hace el excelente CleanMem, pero desfragmentar la memoria sólo arroja toda la carga hacia la memoria virtual, y afecta el sistema de administración de memoria en sistemas como Windows 7.
Como era de esperarse, no detectamos ninguna mejora en el rendimiento de nuestros juegos con Game Fire activado. Una simple optimización de servicios puede otorgar esta clase de beneficios no solamente para los juegos, sino para todo el sistema operativo en general. Desfragmentar la carpeta de un juego es algo que cualquier desfragmentador puede hacer en estos días, y como si fuera poco, al finalizar la instalación hay que evadir un toolbar que, en caso de no retirar la tilde, se instalará por defecto. En resumen, puedes hacer otras cosas por tu ordenador para hacer que los juegos funcionen mejor, y no necesariamente hablamos de gastar dinero. Por más conservador que sea, un proceso mínimo de overclocking entregará resultados mucho más tangibles que los beneficios prometidos por Game Fire.