Polvo, telarañas, insectos, y partículas de todo tipo pueden encontrar su destino final en el interior de una carcasa. Mucho se podrá hablar de temperatura y flujos de aire adecuados, pero si el lugar en el que se encuentra el ordenador contiene demasiado polvo, esto puede ser tan perjudicial como el peor de los virus. Con una limpieza periódica puede evitarse cualquier catástrofe, sin embargo, siempre es posible encontrar algún que otro caso en el que el polvo depositado alcanza una masa crítica, atentando contra la mismísima vida útil del sistema. No solo presentamos esta galería de imágenes para que conozcas a algunos de los peores casos de suciedad, sino para que reúnas valor y decidas ver si algo parecido a esto está ocurriendo en la carcasa de tu propio ordenador…
Hace unos pocos días estaba revisando un ordenador con problemas en sus unidades ópticas. Obviamente, para acceder a ellas fue necesario quitar la cubierta de la carcasa, pero ni siquiera los varios años de experiencia que llevo acumulados lidiando con hardware hubieran podido prepararme para lo que encontré allí dentro. Juro que prácticamente había instalada toda una civilización alienigena, con valles, montañas y paisajes bizarros generados por la espantosa acumulación de polvo, pelusa, restos de comida y otros materiales no identificables a simple vista. Lo primero que pasa por la mente de cualquier técnico al encontrarse con un ordenador en estas condiciones suele ser: “es un milagro que esté funcionando”. Ese fue mi caso, ya que sus ventiladores, capacitores y fuente de alimentación deberían haber volado por los aires hace mucho tiempo.
El maestro Mario publicó hace un tiempo una excelente guía para realizar una limpieza a fondo del ordenador, incluyendo detalles tan sensibles y críticos como los contactos de los módulos RAM. Cabe mencionar que realizar dicha limpieza dentro de un marco de tiempo razonable no es una recomendación, sino una necesidad. El polvo le hace mal a los ordenadores. También el humo, la grasa (¿Una PC en la cocina? ¡Horror!), y sin lugar a dudas los líquidos. Limpiar el entorno en donde se ubica el ordenador está bien, pero no hay que olvidar que una parte sustancial del polvo que se levanta puede terminar dentro de la carcasa, más aún si el ordenador se encuentra funcionando durante el proceso. Lamentablemente, tampoco podemos olvidar el ridículo diseño que poseen el 99 por ciento de las mesas para ordenador. La carcasa suele ser colocada en un rincón y muy cerca del piso, dos factores que todo el polvo que flota en la casa adora sin excepción. Muchos usuarios insisten en “quitar del camino” a la carcasa, pero en realidad la aparente ventaja de espacio está siendo cambiada por un problema de suciedad y una falta de estabilidad a los pocos meses. Esto lleva a ventiladores trabados, disipadores ineficientes, y un inevitable exceso de temperatura. Por supuesto, no es necesario recordarles lo que puede llegar a pasar después, ¿verdad?
Dicho esto, aquí está la galería. Es sencillamente espeluznante.