En la mayoría de los casos, alcanza cuando una serie o una película nos da una explicación mínimamente lógica para justificar algún suceso o detalle en la trama. Hemos visto verdaderos horrores de imprecisión científica en el pasado, algo que muchos escritores deciden aplicar de forma indiscriminada "por el bien del entretenimiento". Sin embargo, el más reciente capítulo de la sexta temporada de "Futurama" ha comprobado que no sólo se puede divertir a los televidentes, sino que se puede ser científicamente correcto al mismo tiempo. ¿Cómo lo hicieron? Ken Keeler, productor y escritor de la serie, desarrolló un nuevo teorema… y lo probó en el mismo episodio.
¿Es acaso Futurama una serie para geeks? ¿Sí? ¿No? Digamos que muchas de las cosas que suceden en la serie pueden ser vistas con cierto ojo científico, pero Fray es la pura antítesis del geek, y eso no está en tela de juicio. Sin embargo, cuando la genialidad está presente, lo único que podemos hacer es aceptarla, aún si aparece en un lenguaje un poco complicado de entender como puede ser la matemática para algunas (corrección, muchas) personas. Para poder revelar algunos detalles del teorema en cuestión, es necesario comentar un poco la trama del reciente episodio "Prisoner of Benda". Bender, mientras mira las noticias, descubre que el Emperador Nikolai de Robo-Hungría está de visita en Nueva Nueva York. Bender desea robar la corona del Emperador, pero no recibe ayuda de sus compañeros para ejecutar el plan. Mientras tanto, Amy y el Profesor están dando los últimos retoques a la máquina de Intercambio de Mentes, que ya había tenido una introducción en la segunda parte (presentada como episodio), de "Bender’s Game", el tercer filme de la serie.
Todo comienza cuando el Profesor revela que deseó haber tenido una vida extrema, mientras que Amy confiesa que aún no ha logrado superar el "inconveniente" que tiene con la comida. La idea: El Profesor y Amy cambian sus cuerpos, de forma que el profesor puede tener las sensaciones extremas que busca con el cuerpo de Amy, mientras que Amy puede aprovechar para comer todo lo que desea, al mismo tiempo que le hace ganar al Profesor un poco de peso. ¿Cuál es el problema? La máquina de intercambio sólo funciona una sola vez en dos personas iguales, por lo tanto, Amy y el Profesor no pueden "cambiar" de nuevo… al menos no directamente. De más está decir que el resto de los personajes también usa la máquina, por lo tanto, la mayoría de los personajes terminan en cuerpos que no les pertenecen, lo que abre paso a situaciones muy… extrañas, como Fray en el cuerpo de Zoidberg y Leela en el del Profesor… bueno, miren el vídeo…
Ahora, ¿cómo lograr que todos los personajes vuelvan a sus correspondientes cuerpos, teniendo en cuenta la limitación de la máquina? Ken Keeler, productor de la serie y escritor de varios capítulos, desarrolló un nuevo "Teorema de Inversión". Más allá de que Keeler cuente con la ventaja de un PhD en matemática, la solución no solamente es original, sino que también resultó científicamente correcta. Los hechos del episodio mismo prueban que el teorema es correcto, ya que todos, a pesar de las restricciones de la máquina, lograron volver a sus cuerpos originales. Como si eso fuera poco, este detalle fue mencionado en la Sociedad Física Americana, mientras que en la wiki oficial de Futurama también verificaron la validez del teorema. Así son las cosas: Un sujeto que debería estar enviando cohetes al espacio, escribe guiones para los episodios de Futurama. Y lo hace bastante bien, ¿no es verdad?