Paleontólogos de Argentina y Brasil descubrieron y exhumaron los restos muy completos de una nueva especie de dinosaurio gigante que vivió hace unos 88 millones de años en lo que es actualmente el norte de la Patagonia Argentina.
El hallazgo se realizó en una pequeña zona de la Patagonia en la que los paleontólogos han descubierto miles de restos fósiles. Se supone que esa zona era un ecosistema perteneciente al Cretáceo tardío.
El animal, que media entre 32 y 34 metros desde la cabeza a la cola, era un herbívoro con una altura equivalente al quinto piso de un edificio. El equipo de paleontólogos lo ha bautizado con el nombre de Futalognkosaurus Dukei. Se trata de una de las tres especies de fósiles de dinosaurios más grandes hallados hasta ahora en el mundo.
Según afirmó el paleontólogo argentino Juan Porfiri en Río de Janeiro, estamos en presencia de “un nuevo grupo, una nueva especie, que evidencia la existencia de un nuevo linaje de titanosaurio de cuello particularmente voluminoso. Su cuello era muy grande en diámetro, fuerte y enorme.” Los huesos fosilizados se hallaron a 90 kilómetros de la ciudad de Neuquén, en la provincia Argentina del mismo nombre.
El hallazgo es un verdadero tesoro para la ciencia, ya que no solo se encontraron los restos bien conservados de este gigantesco reptil. Además del Futalognkosaurus Dukei se encontraron en la zona restos fosilizados de todo un ecosistema del Cretáceo tardío, incluidas diferentes clases de hojas y peces. La cantidad de fósiles de peces, hojas, y otros dinosaurios cerca del hallazgo principal, es fantástica. El extraordinario hallazgo ha sido publicado por la Academia Brasileña de Ciencias.
El nombre Futalognkosaurus Dukei no es casual. Como ocurre siempre que hay que bautizar a un animal de este tipo, se busca un nombre que tenga un significado relacionado con sus principales características. En este caso, “Futalognkosaurus“ deriva de las palabras en la lengua indígena mapuche que significan “el jefe gigante de los saurios”. Por su parte, el “apellido” Dukei proviene del nombre de la compañía estadunidense Duke Energy Corp., responsabel del financiamiento de gran parte de la excavación en Argentina.
Uno de los investigares, el Brasileño Alexandre Kellner dijo que éste “está entre los mayores hallazgos de dinosaurio y el más completo de un dinosaurio gigante. Tenemos todas las vértebras entre la primera del cuello y la primera de la cola, lo que nos podría permitir reevaluar otros dinosaurios”.
Para tener una idea de la magnitud del hallazgo, sirva como dato el hecho de que en promedio se recuperan alrededor de diez por ciento de los huesos. Este fósil conserva el 70 por ciento. A pesar de ello, es difícil compararlo con otros dos grandes esqueletos de dinosaurios encontrados hasta ahora en Argentina, el Argentinosaurus y el Puertasaurus reuili, ya que el fósil del Futalognkosaurus carece de los huesos de sus miembros.
Por último, los paleontólogos destacaron que la zona donde se encontró el gigantesco reptil ha sido muy fructífera. Desde que se hallaron los primeros fósiles en el año 2000 se han recuperado allí los restos de un más de un millar de especies, incluidas 240 plantas, 300 dientes y los restos de otros cuantos dinosaurios.
Los investigadores creen que el ecosistema data de una época en que reinaba en la Patagonia un clima cálido y húmedo, a fines del Cretáceo, donde existían grandes selvas (actualmente la región es una planicie con escasa vegetación). Los paleontólogos suponen que el dinosaurio murió por causas desconocidas y fue arrastrado a un río de lenta corriente, donde formó una especie de dique sobre el que se acumularon huesos y hojas durante muchos años. Más tarde, todo el conjunto se fosilizó.