En el mundo de la informática y la tecnología en general nada es perdurable; todo cambia, y hasta aquellas construcciones que por su tamaño parecen inamovibles, pueden verse (con)movidas. Esto debe estar sintiendo el que hasta hace unos días era el superordenador más rápido de mundo, el Tianhe-1A, quien ha sido superado por el Fujitsu K, un superordenador de origen japonés que alcanzó los 8.2 petaflops y va por los 10 en unos meses, situándose, y creemos por bastante tiempo, en la cima de los superordenadores más poderosos.
Los ordenadores gigantes son piezas de ingeniería que generan extensas sonrisas de orgullo a quienes las poseen y las pueden utilizar para las más variadas actividades, que van desde estudiar pacíficamente la alteración de la salinidad de los mares a reventar los suelos con violencia al comandar y gestionar estrategias militares. Hace casi un mes hicimos un informe que recogía a los 10 superordenadores más rápidos, ordenándolos según el sitio Top-500, un especialista en mensurar el tamaño y la velocidad de estos monstruos de proporciones mayúsculas de la informática. Situado en lo más alto de ese TOP 10 recordamos a Tianhe-1A, un superordenador originario de China y utilizado para simulación aérea, extracción de petróleo, análisis meteorológico y mucho más. Con sus 2.56 Petaflops regulares y sus 4.7 teóricos se quedó con el primer puesto en los superordenadores más rápidos del mundo, pero hoy a resultan ínfimos, al lado del nuevo superordenador más rápido, el Fujitsu K.
La obra de ingeniería japonesa está ubicada en el Instituto Avanzado para las Ciencias de la Computación (RIKEN), en Kobe y sus prestaciones técnicas la han convertido en la nueva ocupante del primer puesto en el listado de los superordenadores más rápidos del mundo, superando hasta por tres veces a su antecesor Thianhe-1A. Para entender el porqué, hay que hablar del poder de procesamiento, que se ha llevado a un número que le permite realizar hasta 8.2 cuatrillones de cálculos por segundo (8.62 petaflops), un número asequible si juntamos 1 millón de ordenadores de escritorio, según uno de los responsables de la prueba. Para quienes gustan de estas comparaciones para graficarse el poderío de estas máquinas, hay que decirles que el Fujitsu K, el ahora superordenador más rápido del mundo, consume la suficiente energía como para alimentar a 10.000 hogares durante un año. Con lo que si luego de esto miras tu microprocesador con tristeza, te entendemos. Por supuesto, este superordenador también utiliza Linux como sistema operativo.
La estructura física de Fujitsu K está basada en 672 contenedores (ver fotografía) que en total congregan cerca de 68.544 CPU con procesamiento Sparc64 VIIIFX de 2000 MHZ, pero como plan a futuro cercano está la posibilidad de aumentar los contenedores a 800, con lo que el número de cálculos posibles se disparará considerablemente, en búsqueda de los 10 petaflops que estimó Fujitsu conseguir para el 2012. Así como la mayoría de sus pares, la Fujitsu K será utilizada en actividades y operaciones como la simulación de escenarios ecológicos y técnicos, investigación en diferentes campos de la ciencia, tanto exponiendo diferentes avances en lo que respecta a la investigación sobre armas nucleares como simulación de terremotos y maremotos, algo que debido a los recientes acontecimientos en el país insular será materia bastante tratada.