Convencer a los entusiastas de abandonar a sus smartphones y adoptar una cámara compacta dedicada no es una tarea sencilla. Puede haber aciertos enormes, y errores que no se terminan de entender, pero lo más importante es que el saldo final sea positivo, al precio correcto. La Fujifilm XF10 trata de equilibrar esa ecuación con un sensor APS-C más grande de lo que solemos encontrar bajo este formato, lo cual se traduce en una excelente calidad de imagen, pero deja en el camino algunos aspectos esenciales que no todos los usuarios estarán dispuestos a negociar.
Nuestro regreso al territorio de las cámaras ultracompactas nos obliga a resolver un curioso rompecabezas. En general, el público demanda tres cosas de una point and shoot: Buen rendimiento en imágenes y vídeo, facilidad de uso, y un precio competitivo. Ahora, ¿qué sucede cuando un fabricante lucha contra sí mismo para alcanzar esos tres objetivos? Esto es lo que le pasó a Fujifilm con su Fujifilm XF10. A simple vista, la cámara es todo lo que podemos esperar: Liviana, con un toque clásico, y muy atractiva, especialmente si hablamos del modelo dorado. La estrella de sus especificaciones es su enorme sensor APS-C, y presenta una duración de batería más que aceptable, ¿pero qué debió ceder a cambio? Veamos:
Fujifilm XF10: Apunta, dispara… y dispara de nuevo
Anunciada originalmente en julio de 2018, la Fujifilm XF10 entrega un sensor CMOS APS-C de 24.2 megapíxeles efectivos. Su sensibilidad ISO se extiende de 200 a 12.800 con un Boost en ambas direcciones de 100-51200, mientras que su velocidad de obturación va de 1/4000 a 30 segundos, o 1/16000 con el obturador electrónico. La pantalla posee un tamaño estándar de tres pulgadas a 1.04 millones de puntos, y cuenta con soporte táctil, pero Fujifilm decidió aplicar el primer corte aquí, con una configuración fija en vez de abatible. La Fujifilm XF10 carece de visor, por lo tanto, nuestra dependencia de la pantalla es absoluta.
A pesar de su falta de estabilización, la Fujifilm XF10 se las arregla para producir imágenes de muy buena calidad, siempre y cuando aceptes una intervención manual más directa, en especial si reduces la velocidad del obturador. Su prioridad se concentra en disparos casuales, el modo cuadrado 1:1 de acceso rápido grita «instagrammer» en todas direcciones, la función de enfoque instantáneo que establece una distancia predeterminada (5 metros a f/5.6 o 2 metros a f/8) para no esperar al autoenfoque brinda excelentes resultados, y ambos recursos pueden ser asignados a botones dedicados (o un «barrido» en la pantalla táctil), lo que reduce el tiempo de activación y acceso.
Esta capacidad de ajuste es importante por una razón, y es que la Fujifilm XF10 arrastra cierta reputación de ser una cámara lenta, tanto en los menús generales como en su autoenfoque. Todo potencial usuario debería hacer dos cosas: Descargar e instalar la última actualización de firmware, y activar el modo de alto rendimiento. Técnicamente, el autoenfoque se basa en 91 puntos con detección de contraste, pero aún así necesita un poco de cooperación. Lo más probable es que cortes por lo sano y aproveches al máximo la antes mencionada función de enfoque instantáneo, respaldado por prioridad de obturación, y que el ISO automático mastique al resto. El Burst máximo de la Fujifilm XF10 asciende a 6 FPS, pero en ningún momento debemos pensar que es una cámara optimizada para deportes o acción extrema.
Por suerte, la Fujifilm XF10 no recibió la visita del bisturí a nivel interfaz. Tres diales y un anillo alrededor del objetivo definen el control general de la cámara, con dos botones Fn físicos disponibles, cuatro botones digitales (T-Fn1 a T-Fn4, que se activan con «swipes» en diferentes direcciones sobre la pantalla) y un botón de menú rápido (identificado con la letra Q). El dial de modo se encuentra bastante poblado, pero eso no lo hace menos intuitivo. Tenemos «SR+» como equivalente a Full Auto, Automático programado «P», Prioridad de apertura «A», Prioridad de obturación «S», Manual «M», Panorama, Filtros avanzados bajo la opción «Adv.», y la medialuna de Escenas con «SP» (escenas secundarias), Retrato, Paisaje, Deportes y Nocturno. El manual de la Fujifilm XF10 tiene todos los detalles adicionales, con una sólida traducción al español.
Sin lugar a dudas, el vídeo es el principal punto débil de la Fujifilm XF10, y esto se debe a que casi no existen diferencias en relación con la Fujifilm X-T100. Eso significa que la grabación 4K sufre de unos anémicos 15 cuadros por segundo, y su 1080p60 es regular en el mejor de los casos. El contraste entre imágenes y vídeo en la Fujifilm XF10 es muy llamativo, y nos hace pensar mucho en la estrategia que el fabricante aplicará a futuro sobre sus ultracompactas. El vídeo es definitivamente una asignatura pendiente para toda la línea low-end de Fujifilm, y en lo personal prefiero un 1080p60 más elaborado que un 4K a cuentagotas. Al menos no hay sobresaltos en materia de conectividad, gracias al soporte WiFi n con Bluetooth Low Energy, pero recomiendo esperar a la versión 4.0 de la app oficial.
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Accesorios para Fujifilm XF10
460 euros por la edición tradicional en negro, y 475 euros por su variante en dorado. Si la estética es importante para ti, no hay nada que negociar aquí: Paga los 15 euros extra. Sin embargo… no es suficiente. Teniendo en cuenta sus limitaciones, la Fujifilm XF10 necesita competir con mayor fuerza a través de su precio. La buena noticia es que los accesorios para toda la familia Fujifilm son muy económicos, lo cual te permitirá completar tu equipo con una inversión razonable.
Baterías y alimentación
A un promedio de 330 disparos, el rendimiento de la batería en la Fujifilm XF10 no es terrible que digamos, y su recarga USB resulta muy conveniente, pero si el plan es adoptar a rajatabla el perfil viajero/instagrammer que sugiere el fabricante, la energía no puede faltar. Ahí es cuando interviene la batería Gloxy compatible con el formato NP-95, con un funcionamiento virtualmente idéntico al del módulo original, y el clásico cargador híbrido Gloxy 2 en 1 para casa y coche, duplicando así nuestros recursos.
Trípodes y soportes
La ausencia de estabilización y los desafíos naturales en situaciones de baja luz hacen que sea prioritario obtener un trípode para Fujifilm XF10. Afortunadamente, ese es uno de los aspectos más sencillos en nuestra guía de accesorios. Por un lado, el Manfrotto Pixi no tendrá ningún inconveniente al manejar los 279 gramos de la cámara (con batería y tarjeta), y siempre existe la posibilidad de utilizarlo como selfie stick. Por el otro, admito que el Clampod Takeway T1 es un poco «overkill» en cuanto a capacidad, pero una vez que pruebes su flexibilidad, lo llevarás a todas partes.
Bolsos y fundas
Otra selección sencilla. Las fundas para una cámara como la Fujifilm XF10 pueden ser baratas y de rápido acceso, o reforzadas con un mayor énfasis en la seguridad. La primera opción nos lleva directo a la Lowepro Dashpoint 30, que por menos de 15 euros brinda un amplio espacio, interior acolchado, y la alternativa de usarla enganchada en el cinturón. La segunda funda es la Pacsafe Camsafe ZP, hecha con un material resistente a cortes, correa reforzada con alambre de acero, y ganchos de seguridad en las hebillas para proteger el acceso a su interior.
Tarjetas de memoria
El hecho de que su soporte de vídeo sea débil no elimina la necesidad de una tarjeta con buena velocidad de lectura y escritura para la Fujifilm XF10. Con eso en mente, nuestras sugerencias se mantienen intactas. Por menos de 30 euros, la Sony SF-64UY3 de 64 GB cubrirá con mucha comodidad las exigencias generales de almacenamiento, y si deseas la escritura más rápida, entonces no puedes equivocarte con la tarjeta SDXC Transcend de 128GB. Un poco cara, es cierto, pero esos 60 MB/s lo valen.
Kits especiales
- Caja de luz con 4 fondos de colores
- Dos focos para iluminar el objeto
- Incluye un soporte para la cámara
- Ideal para la fotografía de producto
- Totalmente portátil
Para finalizar, nuestra última sección está dedicada a kits misceláneos, que van más allá de la propia Fujifilm XF10, y que podrían ayudarte a ahorrar un par de euros extra. Por ejemplo, no es mala idea comprar al Clampod Takeway T1 junto a una Gloxy Power Blade. Ambos hacen un excelente equipo, sosteniendo a tu cámara en posiciones inusuales y creando fuentes de luz mucho más personalizadas y precisas. Otro caso interesante es el de la fotografía de productos, y si planeas vender algunas cosas en el futuro cercano, ¿por qué no tomar fotografías con una calidad superior usando un mini estudio fotográfico? Mide 40 centímetros de lado, viene con dos luces auxiliares, es fácil de ensamblar, completamente portátil, y cuesta apenas 80 euros.
Si observamos a la Fujifilm XF10 a través de sus modos de vídeo insuficientes y los detalles que afectan a su autoenfoque, lo cierto es estamos ante un modelo difícil de recomendar. Por el contrario, si solo quieres un gran sensor y buena calidad de imágenes en un formato compacto para llevar de paseo, su situación mejora mucho. Al final del día, el único factor que definirá el éxito o el fracaso de la XF10 es el precio. Aún si baja a la línea de los 400 euros, enfrentará una dura competencia. Sólo espero que Fujifilm recoja el guante. ¡Buena suerte!